De libros

Pervivencias arcaicas

  • 'Desnudez'. Giorgio Agamben. Anagrama, Barcelona, 2011. 160 páginas. 15 euros.

Como ya hiciera en Signatura rerum, Agamben desarrolla aquí una suerte de varia arqueología, a la manera de Benjamin y Warburg, cuyo objeto es enlazar la más inmediata modernidad, las formas en que se muestra y se revela, con la mitología judeo-cristiana referente al desnudo. No es ése el único tema, sin embargo –el tema de la desnudez paradisíaca– tratado en estos ensayos. En Creación y salvación, las figuras del profeta y el apóstol conducen a una requisitoria sobre la creación y la crítica en nuestros días. En ¿Qué es lo contemporáneo?, se postula la inactualidad del observador como vía para desentrañar el presente. En K. se establece la hipótesis de la autoinculpación en El proceso de Kafka. En Sobre lo que no podemos hacer y en Identidad sin persona, hay una defensa del ocio individual, opuesto al determinismo científico. Un hambre de buey se ocupa de los términos en que se basa el día de descanso. En El último capítulo de la historia del mundo se propone una arqueología de la ignorancia.

No obstante, es Desnudez quien ocupa el grueso de estas páginas. Acudiendo a los Padres de la Iglesia y al Antiguo Testamento, Agamben presenta el cuerpo, incluso el cuerpo glorioso de los santos, como una huella, como una fantasmagoría, como el hueco dejado por la una antigua gracia, que sin embargo remite únicamente a sí mismo. He ahí el motivo por el cual, según Agamben, los cuerpos desnudos no vienen asociados a la decrepitud, al pecado, a la fragilidad o la concupiscencia. Por contra, las hermosas maniquíes, con su olímpico hieratismo, presentan el cuerpo como misterio evidente, como realidad insondable, exento ya de las utilidades y gravámenes con que la vida y la mitología los lastró durante siglos. Se aborda así un sutil concepto de hermosura; de una hermosura patente, nítida, y sin embargo esquiva. Vale decir, inagotable.

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