Cuentos populares británicos | Crítica

Pepitas de oro

  • Siruela recupera la magna recopilación de 'Cuentos populares británicos' de Katharine M. Briggs, una obra de referencia en la que la folclorista inglesa reunió muchos años de pesquisas

'Oberon, Titania y Puck con hadas bailando', obra de William Blake, c. 1786.

'Oberon, Titania y Puck con hadas bailando', obra de William Blake, c. 1786.

Autora de un imprescindible Diccionario de las hadas, publicado entre nosotros por Olañeta, que recordamos como una de las más completas aproximaciones al maravilloso mundo feérico, donde las criaturas aladas del título se suman a otros muchos seres fantásticos, Katharine M. Briggs fue una de las más importantes investigadoras del folk-lore en un ámbito como el de las Islas que los ha dado excelentes. Prueba de ello es su ya clásica recopilación, reeditada por Siruela en un hermoso volumen, de Cuentos populares británicos, puerta de entrada a un inagotable legado que ha inspirado a narradores, poetas, dramaturgos y músicos de todas las épocas, aportando además datos muy valiosos para los historiadores, los antropólogos, los linguistas o los estudiosos de la mitología, capaces de encontrar en estas encantadoras muestras de literatura oral un caudal de información a veces antiquísima.

Ya en los setenta advertía Briggs contra los "etéreos y embellecidos cuentos de hadas"

Ya en los setenta advertía Briggs, que confesaba haberse aficionado a los Fairy and Folk Tales de pequeña, gracias a los repertorios ingleses, escoceses e irlandeses de la biblioteca paterna, contra los "etéreos y embellecidos cuentos de hadas" que maquillaban las asperezas de unos relatos –"pepitas de tradición", felizmente incontaminadas por los filtros del decoro– donde confluían las peculiaridades regionales, la huella del cristianismo y un persistente sustrato pagano, así como sobre la necesidad de distinguir el trabajo de los eruditos del llevado a cabo por "farsantes y chiflados". A propósito de la degradación comercial, Briggs habla, con el profesor R. D. Dorson, de fakelore por oposición al genuino folklore. Y eso mismo, auténticos cuentos, fábulas, proverbios, leyendas, es lo que encontramos en una selección ordenada por motivos –encantamientos, trasgos, demonios, dragones, duendes, fantasmas, brujas, gigantes– y por registros –jocosos, novelescos, infantiles, históricos, locales, hagiográficos, sobrenaturales– en secciones brevemente presentadas por la autora. Pepitas, en efecto, de las que han nacido muchas obras maestras y que valen por sí mismas su peso en oro.

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