Los cuartos de final, última eliminatoria de la Copa del Rey a partido único, suponen un nuevo giro de tuerca en este intenso y vibrante inicio de 2020 para el fútbol español, con cuatro atractivos partidos que tendrán su colofón el jueves con dos duelos de la magnitud del Real Madrid-Real Sociedad y del Athletic-Barcelona.

El programa comenzará con el choque entre el pujante Granada, que está haciendo historia en la presente edición copera, y el Valencia, que defiende el título conseguido en el Benito Villamarín el pasado año; y continuará mañana entre la gran sorpresa de este torneo del K.O., el Mirandés, único superviviente de Segunda, y el Villarreal, equipo con clara tendencia al alza.

San Mamés es otra auténtica prueba del algodón para el nuevo Barcelona de Quique Setién, en plena adaptación al método y el estilo del técnico cántabro, que, sin ir más lejos, se estrelló en su última salida liguera a Mestalla, lo que no le puede suceder en la Copa del Rey porque el formato es a todo o nada. El choque entre los dos reyes de copas es todo un clásico del fútbol español, al que el Athletic se presenta con el sueño de ser protagonista en su torneo, pero alicaído tras su mala racha liguera de siete partidos sin ganar, y con un Barcelona en fase de acoplamiento y comprensión al librillo de Setién.El cuadro vasco, que no supera al catalán en una eliminatoria copera desde la campaña 1959-60, se ampara a la magia de San Mamés.

Lo normal es que tanto Setién como Gaizka Garitano salgan con todos sus argumentos ante la magnitud del partido, sin reservas. El Barcelona no puede obviar los apuros vividos en dieciseisavos ante el Ibiza, y el Athletic ante el Elche y el Tenerife. El guardameta Iago Herrerín, expulsado en octavos, será baja. Por su parte, la Real Sociedad acude al asalto del Santiago Bernabéu con su equipo joven pero atractivo y atrevido. De entrada será un partido muy complicado para el líder de LaLiga Santander, que, no obstante, acumula 21 partidos sin conocer la derrota.

Imanol Alguacil le ha concedido una importancia capital a este encuentro. De hecho, el domingo, en Leganés, reservó a buena parte de su columna vertebral: Odegaard, Oyarzabal o Mikel Merino. Zidane ha vuelto a dar con la tecla y a tener a toda la plantilla, o casi toda, enchufada y a pleno rendimiento. El Valencia, mientras, ha progresado en defensa de su título con problemas ante conjuntos de Segunda B como UD Logroñés y Cultural Leonesa, a la que superó en los penaltis, y ahora se encuentra con el competitivo Granada, que también ha sufrido.

El Villarreal también está al alza y espera que esta temporada, de una vez, pueda cumplir el sueño de plantarse en una final. No obstante, para ello deberá superar la prueba de Anduva, donde ya han sucumbido el Celta y el Sevilla, ante un enorme Mirandés. El equipo de Andoni Iraola, único superviviente de la división de plata, está permitiendo a la afición burgalesa revivir noches mágicas en la Copa. Es su cuarta presencia en cuartos y ahora reta al submarino amarillo, incluso con la llegada de Paco Alcácer.