Almería y Valladolid comenzaron la Liga con empate en un partido en el que los rojiblancos jugaron casi 80 minutos en superioridad por la expulsión del pucelano Nivaldo. Esa ventaja numérica le permitió contar con espacios y crear ocasiones ante los de Mendilibar, bien posicionados y sin perder la compostura pese a ese problema.

Con la superioridad, el equipo de Hugo Sánchez buscó las bandas y comenzó a crear ocasiones de peligro ante el marco de Jacobo que, sin embargo, no tuvo que intervenir por el desacierto en el disparo de los delanteros rojiblancos. La más clara fue tras un centro de Crusat que se paseó sin que ni Soriano, primero, ni Kalu Uche, después, acertaran a marcar, cuando no tenían marcadores.

El Valladolid consiguió quitarse el acoso, con un juego ordenado atrás y salidas a la contra. Un nuevo despiste defensivo lo aprovechó Manucho para encarar a Diego Alves con ventaja, pero su disparo se marchó fuera.

Respondió el Almería con dos acciones seguidas de Crusat, ambas despejadas por Jacobo. Sin embargo, la entrada de Borja le dio más estabilidad en el centro del campo al cuadro de Mendilibar que, sin llegar a crear peligro, sí que se acercó algo más a la meta de Alves.

En la segunda parte, el Almería llevó el peso ante un Valladolid muy seguro atrás que no tomó alegrías arriba, salvo contadas ocasiones. Los rojiblancos tuvieron ocasiones para marcar, pero Jacobo lo impidió en un par de ocasiones.

Con la entrada de David Rodríguez, el cuadro almeriense jugó con algo más de criterio, bajando a Soriano al centro del campo y jugando aquél como segundo punta y pudo marcar, en el 70' en una doble acción que primero envió al palo Kalu Uche y luego él disparó, pero Baraja salvó en la línea de gol.

A partir de ahí, fue un quiero y no puedo de los locales ante un cuadro vallisoletano que dio por bueno el empate.