No fue nada elegante, aunque sí muy sincero. "No sé qué mierda nos pasa". Así de contundente fue ayer Gabriel Heinze para definir el extraño momento del Real Madrid, un club en combustión, asolado por los conflictos internos y muy preocupado por la inminente visita de la Juventus. En las dos últimas semanas se quebró la tranquilidad. El 18 de octubre venció en el campo del Atlético y entonces la hinchada se sentía orgullosa de su equipo. Pero muchas cosas han pasado desde aquel triunfo.

El Madrid sumó dos derrotas, un empate y una sola victoria desde entonces, aunque, más que eso, el cambio de ánimo se produjo al aflorar muchas tensiones internas: críticas de Sergio Ramos a su equipo, extraños reproches del club contra los árbitros y acusaciones de corrupción en la directiva son tres de los ejemplos. No es lo acostumbrado para un club como el Madrid. El hincha asiste con preocupación no sólo al mal momento de los suyos, sino al extraordinario momento de forma del Barça, que acapara mil elogios. La última jornada de Liga ofreció motivos de contraste. El Barça sigue goleando mientras el Madrid empató en Almería después de perder en la Copa ante el Irún, de Segunda B.

"Es momento de callar la boca, agachar la cabeza y tirar hacia adelante", dice Heinze. Y ahora viene la Juve, que ya ganó a los blancos en Turín.