Feyenoord-Sevilla

Atropello 'ilegal' a aficionados

  • La Policía holandesa detuvo y pidió 50 euros de multa a 110 sevillistas.

Más de un centenar de aficionados del Sevilla que viajaron por su cuenta a Rotterdam fueron detenidos por la Policía holandesa y no sólo no pudieron asistir al partido, pese a tener entradas, sino que tuvieron que pagar cada uno una multa de 50 euros para no dormir en los calabozos, quedar en libertad y regresar a Sevilla. El presidente y el vicepresidente del Sevilla, José Castro y José María del Nido Carrasco, se desplazaron hasta el lugar para interesarse por los aficionados detenidos e intentar ayudar en una situación con visos patentes de ilegalidad. Los hechos fueron denunciados ante la Embajada española. Hasta más allá de las once de la noche no quedaron liberados todos. 

Los afectados denunciaron los hechos a través de los medios de comunicación y del club. Sólo pudieron acceder al estadio los que viajaron con el Sevilla o algunos sueltos que se dirigieron al hotel de concentración para acudir arropados por la expedición sevillista al Stadion Feyenoord. Los que viajaron por su cuenta, en contra de la recomendación del club, se encontraron con esta situación rocambolesca. La Policía los fue deteniendo, desde antes del partido, para trasladarlos en varios autobuses oficiales del cuerpo a las dependencias policiales, donde quedaron retenidos. La excusa para esta retención presuntamente ilegal fue, según explicaron a este periódico algunos afectados, que se estaban manifestando en grupo por las calles de Rotterdam sin tener permiso para ello en el contexto de un partido declarado de alto riesgo por la UEFA. La versión de la Policía, según Eldesmarque.com, fue que algún aficionado de esos 110 portaba armas, pero todos tuvieron que pagar la multa de 50 euros, en teoría por tenencia de armas. 

"Nos han detenido a todos y nos han obligado a pagar 50 euros de fianza y el que no los pague o no los tenga se queda en los calabozos esta noche", comentaba a este periódico un aficionado que prefirió no revelar su identidad ante la situación de indefensión y temor. "Estamos detenidos en una sala de la comisaría, detenidos, con d, no retenidos. Nos han dado una documentación en holandés, nos han tomado las huellas dactilares, nos han hecho fotos, nos han realizado una identificación policial". Según estos aficionados, el motivo de su detención fue "estar sin permiso un grupo de personas por las calles de Rotterdam contra no sé qué ley". 

"Estábamos en un bar tomando cervezas tranquilamente -continuaba el aficionado-. Apareció la Policía y primero nos dijeron que nos iban a trasladar al estadio, luego que no íbamos a poder entrar en el estadio. Y luego nos dijeron que nos iban a llevar a un sitio para ver el partido desde una pantalla. Todo fue mentira: nos trajeron a una comisaría y nos han retenido, sin intérpretes, sin abogados, sin explicaciones. No sabemos de qué se nos acusa. Sólo hemos podido ir pagando las fianzas y recaudar dinero para los que no tenían los 50 euros entre todos". 

El problema tiene su raíz en los incidentes del partido de ida entre radicales de ambos equipos. En Rotterdam había ánimos de un recibimiento hostil, de ahí que el Sevilla y el Feyenoord, por recomendación expresa de las Policías de España y Holanda, declinaran vender entradas a sevillistas, ni en Sevilla, como es habitual en los desplazamientos, ni por internet ni en las taquillas del estadio De Kuip. De hecho, no se había habilitado zona para visitantes y la consigna de la Policía y del club holandés era impedir la entrada a los aficionados que no fueran acompañando al Sevilla, que eran muy pocos. Pero muchos otros aficionados ya tenían reservados sus viajes y fueron adquiriendo entradas de un modo u otro, por amigos o conocidos residentes en Holanda, en las taquillas o en la reventa. Castro y Del Nido Carrasco, ya que el Sevilla pernoctó en Rotterdam, se trasladaron tras el partido a la comisaría para interesarse.

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