Las derrotas ante el Deportivo y el Valencia han hecho mella en el vestuario verdiblanco, en el que se ha instalado un ambiente de pesimismo. Ayer, en el primer entrenamiento de la semana, la plantilla intentó solucionar las cosas a su manera. El diálogo entre los jugadores y el cuerpo técnico repasando los errores del último partido se ha tomado como el punto inicial de una nueva terapia de grupo.

Paco Chaparro siempre ha manifestado que no se le caería el equipo, algo que sí ocurrió en las dos últimas temporadas, pero las últimas actuaciones del Betis le han devuelto la preocupación. El técnico medita cambiar parte de la dinámica de trabajo de la semana con la intención de recuperar a los jugadores anímicamente y está preparando alguna sorpresa. El equipo es consciente de la dificultad de la visita del Real Madrid, pero también se comentó que puede ser el rival ideal para iniciar una recuperación.

Los propios jugadores admitieron que han fallado tácticamente en los últimos encuentros y cayeron en la trampa tanto de Lotina como de Koeman, aunque también se reconoció que el equipo fue capaz de mejorar en la segunda parte de Mestalla. Los jugadores más veteranos alzaron la voz para que el colectivo no repita los errores de las dos últimas temporadas y ése es el mensaje del vestuario. De todas formas, la preocupación sólo se elimina con buenos resultados.