Las frondosas veredas de la Sierra de Aracena fueron el escenario de una excepcional jornada de evasión para el Sevilla. La plantilla tuvo uno de esos denominados entrenamientos invisibles que el club mantiene desde los tiempos de Joaquín Caparrós y disfrutó de un día especial, aunque eso no quiere decir que no sudara la gota gorda. La pequeña y entrañable localidad de Cortelazor la Real fue el punto de partida para una serie de actividades relacionadas con el senderismo y el barranquismo. Deporte de riesgo, pero hasta cierto punto.

El equipo, ya con Denis Suárez y Deulofeu incorporados después de llegar desde Puertollano, partió a las nueve de la mañana hacia Cortelazor, en el corazón de la serranía. Desde este pueblo serrano, enclavado en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, los jugadores realizaron la primera actividad del día, una larga caminata por un sendero desde Cortelazor la Real a Valdelarco, con las consiguientes cuestas propias de la comarca, alguna de tres kilómetros, que los jugadores sobrellevaron entre bromas hacia los más quejumbrosos.

Ya en pleno corazón del parque natural, la empresa Aracena Sierra Extreme programó una actividad especial: barranquismo, pero con mesura, para no iniciados. El propio Unai Emery participó como uno más, para lo que tuvo que calarse el preceptivo casco protector.

De vuelta a Cortelazor, el equipo, agotado por estas actividades en plena naturaleza, se dirigió hasta la Posada de Cortegana, restaurante regentado por un conocido simpatizante del club donde técnicos y jugadores tuvieron un almuerzo de confraternización. El presidente de la Peña Sevillista de Aracena también quiso agasajar, junto con otros miembros de su asociación, a la plantilla sevillista. Una jornada ideal para salir de la rutina sin dejar de hacer ejercicio.