Análisis

El Barça 'sólo' tuvo siete vidas

  • Los de Martino pierden la Liga en la última jornada en su campo a pesar de haber aguantado hasta el final con hasta siete pinchazos.

A pesar de acumular hasta este sábado siete pinchazos en la segunda vuelta -tres empates y cuatro derrotas- con un balance de 36 puntos de 54 posibles, el Barcelona de Gerardo Tata Martino se ha mantenido en pie hasta la última jornada de una Liga en la que ha coqueteado constantemente con el abismo. El juego pragmático del Atlético de Madrid no le dio al Barcelona la octava vida, que pone fin así a la Liga más imprevisible de los últimos años.

Después de una notable primera vuelta, en la que sumaron 50 de 57 puntos posibles cosechando dos empates a nada -Osasuna y Atlético de Madrid- y una derrota por la mínima ante el Athletic de Bilbao, los azulgranas se han abonado a la irregularidad en un último tramo de campeonato para olvidar. Pero como si de un ave fénix se tratara, ya fuera por méritos propios y, también, por errores de sus rivales directos, los catalanes, acostumbrados a alzar títulos desplegando un fútbol preciosista, se han aferrado a la fe, al factor emocional, para poner emoción a la Liga que se llevó el Atlético de Madrid, seguramente el equipo más trabajado tácticamente de la competición. Empezaba la segunda vuelta el Barcelona como líder, empatado a 50 puntos con el Atlético de Madrid, mientras el Real Madrid les seguía la estela a tan solo tres puntos.

Avisó el Levante, el mismo equipo que cayó goleado 7-0 en el esperanzador primer encuentro de Liga de Martino, con un empate (1-1), el mismo resultado que sufrió esa jornada el Atlético ante el Sevilla en el Vicente Calderon, mientras que el Real Madrid superaba con solvencia al Betis (0-5). Tres jornadas después, volvía a pinchar el Barça. Esta vez en casa y ante el Valencia de un recién llegado Juan Antonio Pizzi, que conquistó el Camp Nou con una convincente victoria (2-3).

Lo aprovecharon los 'colchoneros' para hacerse con el liderato después de 22 jornadas consecutivas de dominio azulgrana, mientras que los blancos rascaban un punto en el nuevo San Mamés para alcanzar a los azulgranas en el segundo puesto. Duró poco la alegría para los rojiblancos que, en la siguiente jornada, cayeron derrotados en Almería. Madrid y Barça no fallaron y el campeonato vivía un insólito triple empate en lo más alto de la clasificación.

La igualdad duró hasta la jornada 25. Los de Martino caían estrepitosamente en Anoeta (3-1), mientras que el Atlético de Madrid naufragaban en el Reyno de Navarra (3-0). El Real Madrid era el nuevo líder con 63 puntos, tres más que sus rivales. Llegó el empate en el derbi madrileño y los azulgranas se acomodaron en la segunda posición, a un punto del líder. A dos jornadas del clásico, dependía el Barça de sí mismo para recuperar el liderato, pero la inesperada derrota ante el Valladolid cambió los milimétricos cálculos de Martino.

Las opciones ligueras pasaban por una victoria en Chamartín. Messi sacó a relucir su mejor versión en el Santiago Bernabéu con un 'hat trick' que situaba el Barça a un punto del liderato compartido entre los dos equipos madrileños. Victoria por 3-4 y el Barça, cuando más hundido parecía, seguía vivo en la competición de la regularidad más irregular de los últimos años. Los blancos no se recuperaron de la derrota ante el eterno rival y encadenaron la segunda derrota consecutiva ante el Sevilla. El Atlético era líder en solitario, con un punto de ventaja sobre los catalanes y tres sobre el Real Madrid.

A siete jornadas para el final de la Liga, estaba todo abierto. Sin embargo, el Barça seguía con su particular pasión por el riesgo. La derrota en Granada dejaba a los azulgranas a cuatro puntos del Atlético. Las posibilidades para llevarse la Liga dependían, de nuevo, de los resultados de sus rivales. En la jornada 36, los barcelonistas parecían despedirse de la Liga con un empate en el Camp Nou ante el Getafe. A pesar de que matemáticamente la Liga aun era posible -Madrid y Atlético aun no habían jugados sus respectivos partidos-, Xavi Hernández y Martino dieron el título por perdido. El destino, sin embargo, les volvió a sonreír. Cayeron derrotados los de Simeone ante el Levante, mientras que los de Ancelotti empataban ante el Valencia en el Bernabéu.

Las opciones de reengancharse a la Liga pasaba por un empate del Real Madrid que se produjo en Valladolid (1-1). Quedaban dos jornadas y el Barça volvía a depender de sí mismo.

Empató en la penúltima jornada ante el Elche, el mismo resultado que cosechó el Atlético ante un Málaga que evitó  que los locales se llevaran el título por la magnífica actuación de su meta Willy Caballero, mientras que el Madrid se despedía del título tras caer derrotado contra el Celta de Luis Enrique. Al Barça, fatigado de luchar por una causa que en muchos momentos parecía perdida, le quedaba una última vida en la última jornada ante el Atlético. El escenario el Camp Nou. La victoria, único resultado posible para no mantener la última vida que le regaló el fútbol. Los de Martino, sin embargo, empataron y no se ganaron la octava vida.

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