El modesto Basilea, uno de los peores equipos de la Liga de Campeones, le bajó los humos a un desconocido Barça, que cedió un triste empate que, no obstante, sí permitió la clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones, y acabó con su racha de once victorias logradas consecutivamente.

Todo fueron malas noticias para el equipo de Guardiola, ya que en la segunda mitad Iniesta sufrió una rotura muscular que le mantendrá de baja seis semanas.

Y eso que con la entrada en juego de Messi en la segunda mitad, parecían haberse solucionado todos los males del Barça. Al argentino le bastaron dos minutos (entró en el minuto 60 y marcó en el 62) para su gol, algo que hasta entonces no había conseguido su equipo. Pero los barcelonistas se olvidaron ayer del fútbol que les ha llevado a dominar la Liga española y la Liga de Campeones. Contagiados por el ultraconservadurismo del rival, Guardiola tuvo que echar mano de Messi y de Xavi, suplentes ayer, para darle otro aire al apático conjunto blaugrana, aunque eso no bastó para que los catalanes ganaran el encuentro.

Escaldados por el 0-5 encajado hace dos semanas en Basilea, los suizos decidieron colgarse del travesaño. Christian Gross puso el autobús a lo Maguregui: un portero, un delantero y el resto distribuidos en dos líneas.

Pero el Barça no tenía su fútbol, la velocidad de ejecución mostrada en los encuentros precedentes. Le sobraba un toque en cada acción de ataque y, ante el voluntarioso juego de los suizos, los de Guardiola decidieron no forzar la máquina. A pesar de ello, los barcelonistas tuvieron varias ocasiones para marcar en el primer tiempo. La más clara por medio de Henry, en el minuto 5, en un remate que salió demasiado escorado sobre la meta de Constanzo.

No tenía espacios el Barça, un equipo desconocido, que no jugó con velocidad ni tampoco sus hombres buscaron desmarques, ni movilidad para sorprender a un temeroso rival.

Bojan conectó un par de veces con Henry, aunque sin mucho éxito, mientras que el francés fue el delantero más activo. El Basilea apenas tuvo presencia en ataque. Llegó dos veces, pero eso le bastó para el empate.