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Brasil 2014: mucho por hacer

La Copa Confederaciones en Brasil ha cumplido plenamente como ensayo general para el Mundial de 2014. Sin embargo, la FIFA y los organizadores locales tomaron nota de lo que aún queda por hacer, pero también escucharon la voz de la calle. "Até o ano que vem (Hasta el año que viene, Brasil)". Al término del torneo ya se ponen en marcha los preparativos para el Mundial en un año. El mini Mundial ha evidenciado que la FIFA y los organizadores tienen aún mucho trabajo por delante.

Y los problemas no se limitan a la tensa situación política. Millones de personas se lanzaron a la calle y con sus protestas forzaron a actuar al aparato de la FIFA. La idea de nuevas manifestaciones masivas durante el Mundial es una pesadilla para el máximo órgano rector del fútbol. Los brasileños no pueden aguantar más la corrupción en su país y se han percatado de que un acontecimiento futbolístico es una plataforma ideal para exigencias políticas.

Otro tema peliagudo está en los estadios. Para el jefe de la FIFA, Joseph Blatter, los seis estadios de la Copa Confederaciones son "joyas" y "catedrales", hermosas de ver y muy funcionales. Sin embargo, la finalización de los estadios ocupará a los organizadores, pues los otros seis no están listos y aún queda mucho por hacer, como en Manaos y Sao Paulo, donde se inaugurará el Mundial el 12 de junio de 2014.

El 31 de diciembre es la fecha tope y es cuando la FIFA quiere ver estadios ya listos. "Hemos comprendido por qué los estadios deben estar listos para esa fecha", dijo el portavoz del Comité organizador, Saint-Clair Milesi.

Además, las doce ciudades mundialistas precisan un aeropuerto de nivel internacional, lo cual le cuesta a Brasil casi 2.300 millones de euros. Millones de aficionados, además de los 32 equipos, cubrirán distancias de varios miles de kilómetros. Por ello, el transporte aéreo es en Brasil el único medio apropiado. Pero ante las gigantescas obras del aeropuerto en Belo Horizonte hay dudas de que esté listo antes del 2014. Precisamente en los días de partido podría estallar un caos en las ventanillas de despacho y en las cintas de transporte de equipaje. En ese sentido, Valcke advirtió que la infraestructura no es aún suficiente. Y lo mismo pasa con los hoteles. Todos los años unos cinco millones de turistas visitan Brasil, atraídos por Copacabana y la región del Amazonas. Para el Mundial se cuenta con 600.000 visitantes adicionales. A ello hay que añadir más de un millón de brasileños que viajarán por el Mundial.

Si bien hay suficiente hoteles, se prevé un gran negocio y el aumento de precio como cosa normal, algo que molesta a la FIFA. También hay problemas para los equipos en la búsqueda de alojamiento. En la Copa Confederaciones, los españoles se quejaron de su hotel en Recife.

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