El Écija consiguió un buen punto en su visita al feudo del Cacereño gracias fundamentalmente a la actuación del guardameta Ramón, que detuvo un penalti, en el minuto 51, que resultó vital a la postre. A pesar de ello, los astigitanos sumaron su cuarta semana consecutiva sin ganar y parecen alejarse de cualquier posibilidad de premio al final de la competición.

El equipo de Miguel Rivera se entregó en un campo impracticable y con la lluvia como protagonista durante los noventa minutos, estando a punto de suspenderse el encuentro poco tiempo antes del inicio del mismo. Pese a ello su rival, el Cacereño, tuvo más ocasiones y mayor intención de cara a la portería rival que los ecijanos, que llegaron con numerosas bajas y con un campo que no se adaptaba a su manera de entender el fútbol.

Lo mejor de los azulones ayer fue una falta ejecutada por Óscar, al cuarto de hora de juego, que José Fuentes despejó a córner y un gran centro de Antoñito que rozó el palo con la primera media hora de partido ya cumplida. Por el contrario, vio cómo el Cacereño había tenido opciones en las botas de Matías Saad, Gaspar y, sobre todo, Santi Amaro en una falta escorada que Ramón sacó en una buena estirada, en el minuto 40, cuando peor lo pasaba el Écija.

A los seis minutos de la segunda parte, llegó la jugada que pudo resultar clave en el litigio. Un dudoso derribo de Óscar a Santi Amaro lo vio Villoria Linacero como penalti, pero Ramón acertó a despejar la pena máxima lanzada por el propio Santi Amaro. Ambos jugadores volvieron a tener protagonismo en un par de faltas directas lanzadas por el extremeño a las que el meta astigitano salvó con dos buenas intervenciones.

Hasta el final, el Cacereño lo siguió intentando y el Écija se defendió con orden. Incluso, gozó de un remate en los minutos finales tras un saque de esquina que Ayina cabeceó alto en una buena posición. Los astigitanos dieron por bueno el empate y los extremeños lo intentaron hasta el último instante aunque sin obtener premio. Al final, justo reparto de puntos que dejó un mejor sabor de boca en los de San Pablo.