No es sólo desperdiciar dos penaltis. Dos penaltis que ni siquieran fueron entre los tres palos cuando el viernes hubo ensayos de estos lanzamientos con cuatro hombres en las prácticas, los dos que fallaron ayer más Trochowski y Jesús Navas. Es que el Sevilla de Míchel tiene una preocupante carencia de pegada. Es que en Vallecas se echó en falta -desde un planteamiento inicial correcto- algún meneo táctico cuando, por ejemplo, el rival entregaba las bandas para que fueran explotadas por dos hombres como Navas y Cicinho. El brasileño no dobló jamás al palaciego.

El Sevilla llegó a dominar siempre el partido ante el Rayo, sí, pero quizá eso pueda servir para recriminar y culpar más a este equipo, a los que lo dirigen y a los propios futbolistas por su inocencia, de que los tres puntos no viajaran en el AVE de vuelta. Y en buena medida a su entrenador, que empezó por elaborar una extraña convocatoria dejando al banquillo sin apenas revulsivos con Luna en Sevilla y Campaña en la grada.

Defensa

Míchel buscó más solvencia con Botía en el lugar de un Fazio que ofrece unas cosas a cambio de otras. Como en Granada el argentino dudó más de la cuenta, la medida fue ésa y junto a Spahic, el ex sportinguista no desentonó, aunque hubo algunos despistes en las marcas. Quizá la mayor tranquilidad defensiva se gestó en el centro, donde el Sevilla, pese a la superioridad numérica del Rayo en esa zona, apenas le costó robar y mantener el balón, pero sobre todo robarlo. Cuando Spahic, ya con diez el rival, tuvo que irse del campo, Míchel prefirió retrasar a Medel para que Maduro, en su debut, no jugara de central. Era la promesa, ¿no?

Ataque

El Sevilla lo hizo casi todo bien, menos lo fundamental: traducir en goles sus ocasiones. Una preocupante falta de pegada que a veces hace dudar sobre el sistema que tanto gusta a Míchel, ese 4-3-3 ó 4-1-4-1. Si la segunda línea (Jesús Navas, Reyes, Trochowski…) tiene tan poco gol, ¿por qué no cambiar? Manu, como el año pasado, se movía mejor fuera del área que dentro, Navas apretaba a Casado sin que José Carlos se enterara y Negredo jugaba bien de espaldas pese a las malas artes de Amat. Rakitic estaba enchufado y, sobre todo a balón parado, generaba ocasiones. Pero todo era para nada. Cuando no faltaba el último pase era la ejecución de la suerte suprema.

Virtudes

Mejoró el control del partido y el sistema defensivo global.

Talón de Aquiles

Inocencia, mucha inocencia.

Uno por uno

Palop. Pone en un aprieto a Míchel. Como en Granada, rezumó seguridad, mando y forma para continuar como titular. Sacó una falta difícil a la escuadra.

Cicinho. Partido flojito del brasileño cuando precisamente se esperaba que su asociación con Jesús Navas aprovechara que el Rayo jugaba con un carrilero como José Carlos. No subió del centro del campo.

Botía. Sobrio aun con algún desliz en la marca como en Granada en balones laterales, pero aporta seguridad. Tuvo un cabezazo que debió ser gol.

Spahic. Cerca del Spahic que el Sevilla esperaba cuando lo contrató y que sólo apareció los pocos partidos que jugó junto a Cáceres en el eje. Seguro y listo.

Fernando Navarro. Excelente nivel de nuevo. Dinámico, atento y contagiando a los de su alrededor. Quizá le faltó subir algo.

Medel. Parece que cada vez pierde menos los cables. No perdió el sitio y fue clave para que el Sevilla robara y mantuviera la posesión en el medio.

Rakitic. Un partido notable de no ser por ese error en el lanzamiento del penalti, que le resta muchos puntos. Se le ve más comprometido y el equipo este año lo va a necesitar mucho.

Trochowski. Trabajo oscuro que debería ir acompañado de algo más. Es internacional y en el puesto en el que juega se le debe pedir más presencia en ataque, mucha más.

Jesús Navas. Veinte minutos o treinta en la primera parte para apagarse por completo luego. También es verdad que Cicinho no lo acompañó esta vez.

Negredo. Es preocupante lo suyo con los penaltis, pero, al margen, hizo un buen encuentro. Positivo y muy sacrificado.

Manu del Moral. Como siempre, mejor fuera que en el área.

Javi Hervás. ¿En la izquierda?

Álex Rubio. Un buen movimiento.

Maduro. Sin ritmo para jugar.