Uno de los jugadores más felices del Betis tras el partido del domingo era Capi. El camero regresó al once después de cuatro jornadas consecutivas fuera de la convocatoria y, además, fue capaz de conseguir el gol de la victoria ante el Villarreal, que dedicó a su mujer, que está esperando un niño. La apuesta de Chaparro por el camero resultó positiva y Capi era un hombre feliz. No es muy habitual que marque goles, aunque los tiene reservados para citas decisivas. El año pasado logró uno que salvó a Irureta el día del Levante y el del domingo supuso una victoria que trae cierta calma a Heliópolis.

"Ahora me vuelvo a sentir importante para el equipo y eso es clave para un jugador. Cuando te quedas en tu casa parece que no formas parte del equipo y eso era lo que me venía ocurriendo en los últimos partidos. En ese aspecto, la entrada de Chaparro me ha venido bien, porque me conoce desde hace tiempo. De todas formas, esto tampoco me garantiza jugar siempre y hay que ganárselo en cada entrenamiento. Pero está claro que se entrena de otra manera", decía Capi, que entiende que el cambio le afecta principalmente a su situación: "Chaparro nos ha transmitido confianza y optimismo, algo importante para darle la vuelta a la situación. Yo estaba un poco amargado en la situación anterior, porque se hacía duro estar así".

El protagonismo de Capi no sólo estuvo en el gol, sino también en que formó parte del novedoso trivote que Chaparro decidió como la mejor opción para afrontar el partido del domingo. "Nos sentimos cómodos, sobre todo en esa primera media hora en la que conseguimos realizar lo que nos dijo Chaparro. Él ya nos dijo que iba a poner el trivote y ha venido bien", asegura Capi, que admite que le costó mantener el ritmo del partido: "Hicimos un esfuerzo increíble, porque además el Villarreal mueve muy bien el balón y noté la inactividad de estas últimas semanas. Pero lo importante es cambiar la dinámica, algo que Chaparro va a conseguir con su filosofía y con los mensajes que nos mandará en el vestuario".