Athletic | sevilla · la crónica

Cayó en el frente vasco

  • Rabioso Yendo a un fútbol directo y de gran decisión, el Athletic superaba a un Sevilla que no se agarraba al partido Dificultades La expulsión de Escudé fue un inconveniente inesperado y añadido

De forma inesperada y en un partido de mucho contacto, por decir de algún modo la forma en que se empleó el equipo vasco, el Sevilla cayó con claridad en el frente de Bilbao con goles de Yeste y Susaeta, uno en cada tiempo. La expulsión de Escudé en los comienzos del segundo tiempo hizo que un partido que le estaba yendo a contraestilo se le complicara de forma tan definitiva como inapelable.

Se juega el Sevilla un montón de cosas en el Bocho, principalmente el terminar la primera vuelta más apegado al grupo de privilegiados, grupo al que el Sevilla pertenece de pleno derecho y al que le ve la matrícula de muy lejos, de más lejos de lo que debe. Y lo hace en un rodeo que, según la historia más reciente, le es muy favorable, el mítico San Mamés, al que salta el Sevilla en el corazón de una noche mucho más agradable de lo que se presumía en las vísperas.

En los corrillos de apuestas no hay color, es el Sevilla el favorito por muchas ausencias que registre. Además, esos temores de la víspera por el plus de peligrosidad que traían las nubes se han disipado. No hay vuelta de hoja cuando saltan ambos equipos al campo, el Sevilla y los ex leones que ahora adiestra un sevillista como Joaquín Caparrós, pero los caminos del fútbol son inescrutables y para vender la piel del león hay que darle antes caza al rey de la selva.

Con la triple K en África y Luis Fabiano bajo arresto por el comité disciplinario, Manolo Jiménez llega a San Mamés con ciertas precariedades en ataque y sin ese baluarte que es Dragutinovic, también, como Luis Fabiano, bajo arresto. Son adversidades que inquietan en la cuenta atrás hasta que Ontanaya López dé la orden de salida, la orden de que el balón ruede y a quien Dios se la dé que San Pedro se la bendiga.

Y a esa hora en que el colegiado toca a zafarrancho de combate, el Sevilla se argumenta con De Sanctis bajo los palos y escudado en Daniel Alves, Fazio, Escudé y Crespo, doble pivote con Poulsen y Maresca, interlineado mediante Jesús Navas, Renato y Capel, con la referencia en ataque del charrúa Chevantón. Demasiadas ausencias, pero, teóricamente, con una superioridad considerable respecto al rival, a ese Athletic tanto tiempo ya coqueteando con lo peor.

Pero una cosa es la teoría y otra la cruda realidad de ver a un equipo enrabietado y que palia sus reconocidas carencias con un ímpetu que más de una vez se beneficiará de la connivencia del árbitro. Es un temporal el que se le viene encima al Sevilla desde que Susaeta desaprovecha una ocasión de oro para batir a De Sanctis. Es mediante una presión asfixiante y un fútbol directo y de mucho roce, quizá demasiado roce, pero lo cierto es que el centro de campo blanco naufraga y que la tropa de Caparrós lleva más peligro del que se preveía en guión.

El Sevilla va, pero no va, parece querer pero queda claro que no puede. A pesar de todo, en una tregua del temporal tiene Navas la ocasión de abrir el marcador, pero Gorka responde con un paradón abajo. Una cuchara de Yeste sale por encima del larguero, el Sevilla no elabora, Athletic sigue a lo suyo y al filo de la media hora aprovecha Yeste un servicio vertical y espléndido de David López para fusilar a De Sanctis.

Lo dicho, de la teoría a la práctica está yendo un trecho, el Sevilla no se mete de verdad en el partido, sobre todo cuando hay que ir al abordaje de las últimas líneas enemigas. Chevantón es un islote con la rara virtud de moverse mucho y apenas coincidir con el juego, Poulsen parece otro, Maresca y Renato intentan elaborar sin éxito y las alas están cortadas porque los contrarios van a la vieja conseja de que pasen balón o jugador, nunca los dos a la vez. Tanto a Navas como a Capel le han hecho entradas punibles, pero los chavales no se van del partido, siguen ahí, sin apenas éxito, pero no tiran la toalla.

Y al descanso se llega con el inconveniente añadido de que Crespo ha pedido el cambio y Jiménez ve cómo el primer tiempo acaba con sólo diez hombres en cancha y con el Athletic nuevamente desmelenado a la busca de Aduriz y con Susaeta percutiendo mucho por su flanco. Y si muchas eran ya las dificultades, la expulsión de Escudé va a ser determinante para que el Sevilla se sienta aún más incómodo y con mejores perspectivas los locales.

Jiménez sitúa al desacertado Poulsen de central, retrasa a Renato y quita de la escena a Chevantón, pero aquello no sólo no mejora, sino que se agrava con el gol de Susaeta que deja el pleito visto para sentencia. Queda un mundo, pero la noche no tiene arreglo, el Sevilla intenta un imposible, pero al final se consumó que el Sevilla iba a caer en lo que puede denominarse, visto lo visto, el frente de Bilbao. Pero está comprobado que la Liga no está este año a modo para el Sevilla

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios