La última vuelta del Open de España lleva trazas de ser épica: tres españoles (Larrazábal, Campillo y Cañizares) pisan los talones al inglés Simon Dyson, el nuevo líder en el Real Club de Sevilla.

La presión nacional en el Centenario de este torneo podría causar cierto desasosiego a Dyson, pero el inglés es un tipo duro, curtido, experimentado y, por si fuera poco, el mejor del ránking mundial (el número 36) de cuantos participan en el Open español.

Dyson, de 34 años y seis victorias, sacó este sábado provecho a su costumbre de jugar al golf en Manchester bajo aguaceros, aunque lo que cayó hoy en este campo sevillano fue más que eso. En una hora, el drenaje fue incapaz de tragar la descarga de decenas de litros (los 'greens' parecían piscinas) y el juego se detuvo sobre las 13:00 horas y durante casi 120 minutos.

El nuevo líder, en la reanudación, cobró ventaja para acabar con una ronda de 71 golpes, aunque a uno aparecen Pablo Larrazábal y el danés Soren Kjledsen, ambos empatados en la segunda plaza.

En un peldaño inferior, el extremeño Jorge Campillo figura a dos golpes del inglés, y Alejandro Cañizares es quinto, a tres.

Vista la clasificación, el barro por el campo y el rough, que es selvático, al desenlace de este torneo no le faltarán motivos para el alto voltaje. Aunque como aperitivo de lo anterior, hoy ya se palpó algo de todo eso en la última recta.

Dyson, que iba firme, terminó con un doble bogey. El inglés no fue capaz de sacar la bola a la primera de uno de los 'bunker' que arropa el 'green'.

Larrazábal, sin errores y cuatro 'birdies', hizo una calamitosa salida desde otro bunker, el ubicado por la derecha de la calle del hoyo 18. "Tres niños que correteaban por allí me molestaron", dijo el catalán. El lamento se convirtió en un postrero bogey.

Campillo, que aguantaba al par, se trago el hoyo 13 con un doble bogey, y lo mismo firmó Kjledsen en el hoyo 9.

Este fue el devenir de los mejores del torneo, porque los desastres por detrás fueron de tal magnitud que baste señalar que solamente once jugadores caminan bajo el par del campo.

"En Sevilla ganará el más fuerte mentalmente. Pido más viento, sol, y que el rough penalice como está. Debería estar siempre así, que obligue a perder medio golpe. Jugamos en campos sin rough, en donde vale todo", dijo Larrazábal.

El catalán, segundo en la tabla, ya tiene su plan de ataque sobre Dyson: "Mi psicólogo (John McGirr) está en el solecito de Irlanda. Sé lo que tengo que hacer, las pautas que me ha dado y cómo afrontar mentalmente este momento".

Porque para Larrazábal, el torneo lo ganará "el más duro mentalmente".