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El Ciencias usa una única bala

  • Los visitantes echan mano del 'maul' para sentenciar un derbi mucho más equilibrado de lo previsto El Helvetia no saca partido del control, pero demuestra que sigue yendo a más

No fue un canto al rugby el partido, pero sí tuvo componentes que lo hicieron sumamente atractivo: emoción en el resultado y el graderío cartujano bastante poblado; no fue un duelo memorable como algunos Universidad de Sevilla-El Monte de antaño, aunque sí desprendió un aroma de lo antiguo que puede calar en los jóvenes para que la tradición de este deporte en nuestra ciudad recupere viejos laureles.

Ganó el favorito, el FundaciónCajasol Ciencias, y perdió con las botas puestas el aspirante, el Helvetia, por una exigua diferencia (12-23), aunque los locales combatieron como leones para tratar de cambiar el signo del pronóstico. De hecho, metieron el miedo en el cuerpo a los chicos de Paco González a falta de un cuarto de hora, cuando Forte y Jaime Rivero estrecharon la diferencia a sólo seis puntos (12-18). Entonces fue cuando el Ciencias recurrió a su única bala ayer, el maul, para sellar la contienda con su tercer ensayo anotado con la misma factura que los dos anteriores.

Vivió incómodo el derbi el quince azulino, aunque un par de destellos en los inicios de los dos tiempos y la marca final de Nacho Salazar bastó para que sumaran cuatro puntos y mantenerse por detrás del Alcobendas.

El Helvetia lo intentó y notó que está en proceso de construcción, con una plantilla joven que aún debe curtirse en decenas de enfrentamientos. Controló el balón y, aunque algunos pensarán que de forma inane, propició temor en los científicos, nerviosos y con una endeble transmisión en el juego entre los delanteros y la línea de tres cuartos.

Con 0-8 en contra, el quince de Eusebio Quevedo insistió, erre que erre, en apretar en defensa y en el minuto 35 aprovechó una salida rápida de balón tras una melé para anotar sus primeros puntos merced a una cabalgada de Arturo Íñiguez, protestada por los visitantes al entender que el flanker científico había sido agarrado. "No hay que hacer golpes. ¡Tranquilidad!", se escuchaba a Manolo Mazo, perro viejo, gritando a sus compañeros. El Helvetia había aguantado firme los primeros 40 minutos para llegar al intermedio tres abajo.

Los hinchas más bulliciosos compartían tribuna enfrente de la principal y, casi sin voz, continuaron animando a unos y otros en la emocionante segunda mitad, que comenzó como la anterior: una marca del Ciencias al cabo de otro penal-touche (saque de banda a cinco metros, maul y empuje) impecablemente gestionado por la delantera visitante, que mandó a Manu Sobrino a apoyar tras la línea.

El Helvetia, muy intenso en defensa aunque con esos pequeños deslices en los ensayos azulinos, comenzó a pagar el esfuerzo y Quevedo inició los movimientos de banquillo, ya con 5-18 por otro golpe anotado por Rafa Rivero. Los locales, puro corazón, apretaron para que Forte creara dudas al Ciencias (12-18), pero ya no pudieron más y ese cuarto de hora final sirvió para que el quince de González matara el derbi con la misma bala que antes: maul y ensayo.

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