La situación del Sevilla Atlético una vez superado el ecuador de la competición es desalentadora. Después de ser una de las revelaciones el pasado curso, la marcha de algunos de sus puntales la pasada temporada y la falta de refuerzos de nivel en las dos ventanas (primero en la estival y ahora, de momento, en la invernal) han llevado al filial blanquirrojo a sumar sólo dos victorias en la primera vuelta, unos números insuficientes a todas luces para mantener la categoría. La salvación ahora mismo la marcan Almería, Cultura Leonesa, Alcorcón y Reus, con diez puntos más que el filial. O lo que es lo mismo, cuatro partidos de renta.

Ante este panorama, sólo queda ver lo que resta de la segunda vuelta de competición como una cuenta atrás. ¿Para qué? Pues para ver si la reacción, en caso de producirse, fuera suficiente para enjugar la renta negativa que tiene el equipo sevillista con respecto a sus competidores por mantener la categoría o, en caso contrario, para certificar la fecha del descenso a Segunda División B. No hay más ni medias tintas.

El Valladolid se ha visto con dos caras: arriba, casi imparable; atrás concede muchos goles

Los problemas del Sevilla Atlético son varios. Aunque el más evidente es la falta de gol que acarrea el equipo. Ante Osasuna el pasado fin de semana fue una muestra más de este mal, que cuesta puntos y, a la postre, incluso puede llevarse la categoría consigo. El equipo crea, genera, pero, salvo chispazos, es incapaz de convertir las ocasiones. Y eso se termina pagando.

No en vano, el equipo que comanda Tevenet es el segundo peor de la categoría en cuanto a goles a favor. Sólo el Reus, que ha anotado 14 tantos, ve menos puerta que los hispalenses -16-, si bien los catalanes han sabido sacar mejor rédito a este escaso bagaje goleador, puesto que suman 26 puntos, diez más que el cuadro andaluz. De solventar este déficit, el filial aún podría aspirar a una permanencia que cada semana se antoja más difícil.

En esta jornada, además, toca desplazarse. El Sevilla Atlético intentará romper su mala dinámica lejos de la ciudad deportiva, con dos derrotas consecutivas, en la visita a un Valladolid que confía en asaltar en esta segunda vuelta de campeonato los puestos de play off, que le quedan a cuatro puntos.

Es el cuadro blanquivioleta un equipo bipolar. Arriba, comandado por los goles del pichichi de la categoría Jaime Mata (19), el equipo del cuestionado Luis César Sampedro parece una máquina perfecta, sin fisuras, para ser el equipo más goleador (49). El problema llega cuando toca defender. Ahí, el cuadro pucelano no lo pasa tan bien. Los 36 goles encajados colocan a los blanquiazules como la segunda peor defensa del campeonato, con más de un gol de media encajado por partido (1,6).