El Betis B solventó su litigio ante el Lucena con un triunfo que mantiene intactas sus opciones de acabar el ejercicio en play off. El partido dejó varias lecturas, pero sobre todo fue clave la entrada en el campo de Fran Machado, quien desatascó el juego de un filial que se gustó con el marcador a favor.

La contienda comenzó sin un dominador claro. Es más, tal fue la pelea en el centro del campo por parte de ambos contendientes que no hubo ninguna ocasión clara. Los verdiblancos, con un claro 4-1-4-1, no encontraron el camino idóneo para hacerle daño a un rival bien plantado.

La colocación de Parra como pivote por delante de la defensa hizo que el fútbol de los locales fuera espeso, pues sólo Rodri, con sus clásicos arreones, intentó, sin éxito, acercarse a la portería lucentina. Así transcurrieron los primeros 45 minutos de un partido que cambió de guión tras el intermedio.

En la reanudación, los pupilos de Antonio Gutiérrez pudieron adelantarse, pero Velasco perdonó ante René al no aprovechar un balón robado de Julio Pineda sobre Álex Ortiz. No obstante, y a pesar del ímpetu visitante en el inicio de la segunda parte, la entrada al campo de Fran Machado -ha recuperado su mejor nivel- fue clave para el devenir de los verdiblancos, pues el de Armilla revolucionó el juego ofensivo.

De este modo, con el filial volcado al ataque, una falta sacada por Zamora fue rematada en el segundo palo por Parra, que aprovechó una pésima salida de Toni García para mandar el balón a la red. Con el marcador a favor, los heliopolitanos tuvieron claras ocasiones -Rubén Rivera mandó un tiro al palo en el 80- para sentenciar a un contrincante que acabó desfondado por el derroche físico que desplegó.