Hay muchas teorías que comparan al Estudiantes con el Athletic. "No bajarán nunca por mucho que se empeñen", dicen. Y desde luego que le está poniendo empeño el conjunto de Velimir Perasovic. Cuando respiró algo por ganar en Valladolid, vuelve a asfixiarse por no poder con el Akasvayu. Tiene a dos victorias la salvación con nueve jornadas por delante. Le será difícil mantenerse más por la dinámica adquirida en 25 jornadas por el final de campaña que le queda por delante. No es nada del otro mundo, con únicamente un choque -DKV Joventut- con uno del grupo de los mejores, y enfrentamientos con casi todos los rivales directos en la guerra por seguir en la ACB el próximo curso. De ahí que los implicados en la batalla, caso del Cajasol, no se fíen nada de los colegiales.

Si el calendario de los hispalenses las tres últimas jornadas es terrorífico, el de los madrileños las nueve fechas que afrontan es asequible. A saber:

Vuelve a jugar en casa en la vigesimosexta jornada con un alicaído Ricoh Manresa. El siguiente compromiso (27ª jornada) supone el mayor obstáculo para el grupo de Perasovic en su desplazamiento a Badalona. Posteriormente afronta un crucial compromiso casero contra el Cajasol. En la vigesimonovena fecha se mide, de nuevo en su feudo, a un Iurbentia de capa caída por las bajas. Va a Gran Canaria después en el segundo duelo más duro de los nueve que afrontará. Juega luego como local ante el Fuenlabrada antes de competir en Granada. Y cierra las dos últimas jornadas en su pista contra Vive Menorca y a domicilio frente al ahora colista Grupo Begar León, que podría estar descendido y no jugarse nada.