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Desenreda, solo, lo que ata

  • El once de Jiménez, fiel a lo que lleva mostrando todo el año, tuvo mucha pegada arriba y errores atrás · El pecado final fue no pararse y defender mal una contra

Nada que no se sepa, aunque con el mérito de salir relativamente vivo del infierno y, por pura mala suerte -con otro gol en esos minutos finales en los que falla la concentración-, no se trajo el Sevilla un resultado bastante positivo a Nervión. El equipo de Jiménez enseñó lo que tiene y se comportó con fidelidad a lo que es: hierro arriba y flan detrás. Y el 3-2 recibido en un contraataque desarbola cualquier teoría que defienda esta vez el paso atrás.

Defensa

No hay manera de que los errores, los mismos de siempre, se subsanen. El sistema defensivo comenzó el partido haciendo bien su función, tratar de que si Alex recibía, que fuera con Poulsen y Keita frente a él. En el momento en el que les cogía la espalda, la zaga sevillista empezaba a sufrir, primero por el costado de Daniel y luego casi por todos lados. El problema de las marcas sigue presente y hubo muchas acciones que demostraron que es una herida abierta. A balón parado y en movimiento, en el centro del área siempre aparecía un rival solo para rematar con comodidad, Palop siempre acaba estorbado por dos compañeros...

Ataque

Buenas intenciones desde el principio, con mucho toque en la primera mitad y con velocidad en la segunda. La apuesta de Duda sirvió para mantener la posesión del balón, lo que se tradujo en llegadas claras mientras Kanoute tuvo fuerzas para mostrarse. En esa fase la mezcla entre presión arriba y calidad bastaba para desarbolar el sistema defensivo turco, mantenido en pie por su portero. Tras el descanso, Capel y Jesús Navas le dieron fuerza a las alas, lo que hizo que el contrario endureciera el partido.

Virtudes

La reacción a cada gol del Fenerbahçe (salvo el tercero, claro) fue muy rápida y eso sirvió para no verse nunca fuera del partido.

Talón de aquiles

Con todo relativamente controlado y un 2-2, no es de recibo encajar un gol en un contragolpe.

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