Una vez más, el cierre del mercado futbolístico ha servido para airear las míseras estructuras del Betis de Lopera y cómo éste acostumbra a manejarse cuando la hora del cierre pende sobre la cabeza de algún desesperado. No fue el caso de Ewerthon, quien se negó a rubricar en horas lo que entiende debe madurarse en días, máxime si su agente, Augusto Castro, sabe los procederes de quien se halla al otro lado del teléfono, alguien capaz de modificar contratos hasta con tachaduras de rotulador.

Lopera, pez en el agua de las prisas, se ha topado con un negociador que llevaba días aguardando una oferta porque pretendía buena letra. Y en la inseguridad, dio marcha atrás. Tras ello, los dos clubes se ceban con su actitud, pero su representante defiende que no son formas de negociar las que utiliza el máximo accionista del Betis.

El Betis, a través de su radio oficial, dio ayer su versión de los hechos. Alega que a mediodía, tras un acuerdo, se redactaron los contratos y que las 22:00 Ewerthon pidió más dinero y dos años más de contrato, antes de recelar del futbolista, "que consigue 28 goles y este año está apartado, sin inscribir y sin entrenar desde hace 45 días". No se entiende que lo quisiera fichar cuando añade: "No lo dejan pisar el vestuario. Algo habrá hecho para que le digan que no se acerque a la ciudad deportiva. El Betis le dice que hasta el 30 de junio para probar si venía motivado. El futbolista estaba mal influenciado y ha tenido una actitud deleznable, ya que hasta 15 minutos antes del cierre todavía pedía cosas. Se llegó a la conclusión de que era mejor no traerlo".

Gerard Poschner, director general del Zaragoza, también cargó contra Ewerthon. "Sigue teniendo contrato en vigor con nosotros, pero, por lo que me han dicho, ha llegado a un acuerdo con el Palmeiras y por eso ha dejado colgado al Betis a falta de cinco minutos para el cierre del mercado y a todos se nos quedó cara de gilipollas. A mí no me hizo ninguna gracia e imagino que a Víctor Fernández, que incluso habló con el jugador, tampoco", asegura el alemán.

"Ahora vamos a ser bastante duros con Ewerthon y no le vamos a dar facilidades, es cuestión más que de dinero de no perder la dignidad. Negociamos con él cuando había llegado a un acuerdo con el Betis y los compromisos deben cumplirse, aunque no sé qué negoció él con el Betis", añade.

Lógicamente, Augusto Castro, que defiende los intereses del brasileño en comandita con el padre de éste, ofrece argumentos distintos. "Se están hablando cosas que no son verdad y si continúan vamos a dar una rueda de prensa con documentos", anuncia.

El agente se remonta a la génesis del asunto. "El sábado recibimos una llamada de Víctor Fernández para que Ewerthon trabajara en el Betis. Su abogado nos dijo que él llevaría la operación y lo dejamos, ya que aquí la palabra final la tiene el padre de Ewerthon. Pero de la directiva del Betis no nos llamó nadie, ni nos hicieron una propuesta. Sólo una persona (el agente FIFA sevillano Antonio Barrera) nos dijo que ese interés era cierto, pero también había otro delantero español (Geijo) y había que esperar. No teníamos seguridad ni documento alguno y así pasó el domingo también", relata.

Castro asegura que el Betis apuró demasiado. "A las siete de la tarde nos llegó por fin un documento con la oferta: 500.000 euros y 150.000 más en caso de ascenso. Pero él tiene la posibilidad de volver a su país y tiene una oferta cuatro veces superior (Palmeiras). El Betis, aunque es cierto que eran cinco meses, le daba menos de lo que gana en Zaragoza (dos millones de euros anuales). Ewerthon llegó a hablar con el presidente, pero ya quedaba una hora para el cierre del mercado", afirma.

Y esas prisas últimas de Lopera acabaron por echarlo hacia atrás. "Nosotros no tenemos que resolver los problemas del Betis, sino los nuestros y jugar en Segunda División y firmar dos años más, como también se habló, es un riesgo. Además, él queda libre el 30 de junio y si va a Brasil puede hasta jugar el Mundial. Había mucho que hablar con el Betis, son cuatro años de finiquito con el Zaragoza, una mudanza, cosas que no se hacen de un día para otro, pero Lopera siempre lo deja todo para el último momento, como con Oliveira", recuerda Castro.

Así, Ewerthon ahora negociará con el Palmeiras y Pavone, otro damnificado, se quedará en el Betis. "No teníamos intención de venderlo, aunque si llega a venir Ewerthon se le iba a dar salida. El Catania lo inscribió y ofreció 2.700.000 euros", se justifica el Betis en sus medios de propaganda.