Dinamarca no pasó del empate en casa contra Irlanda (0-0) en una actuación deficiente, en un partido sin brillo en el que los visitantes lograron el resultado que querían y que deja la eliminatoria de repesca abierta para la vuelta en Dublín.

El partido no se desvió del guión previsto: Irlanda se echó atrás y se dedicó a aguardar en su campo, cerrando espacios, defendiendo el empate como un tesoro, a la espera de lo que hiciera Dinamarca, que acaparó la posesión de la pelota. Tres ocasiones medianamente claras en la primera parte no fueron suficientes para un equipo presa de la ansiedad que tras el descanso se bloqueó y sólo acertó a protagonizar centros erráticos al área irlandesa sin fruto alguno.

Mientras, Túnez y Marruecos completaron la presencia africana en el Mundial tras disputarse la sexta y última jornada de la tercera fase de clasificación de la zona africana.

Marruecos venció a domicilio, en el estadio Félix Houphouët-Boigny a Costa Marfil (0-2), que también dependía de sí misma para optar por el pase. Nabil Dirar y Medhi Benatia marcaron los tantos del conjunto marroquí.

El partido se resolvió en media hora. El centrocampista del Fenerbahce Didar abrió la cuenta en el 25. El defensa del Juventus, cinco minutos después, amplió la renta marroquí, que jugará un Mundial por quinta vez en su historia -no lo hacía desde Francia 1998- y que dejó fuera de la competición a Costa de Marfil.

Rusia también será la quinta experiencia mundialista para Túnez, que empató sin goles en el Estadio Olímpico de Rades contra Libia y logró el punto que necesitaba para asegurar el primer puesto del Grupo A y firmar su participación en un Mundial, la primera desde Alemania 2006.

Túnez y Marruecos se unen a Nigeria, Senegal y Egipto, que habían logrado la clasificación con anterioridad.