Liga endesa

Diversión y vasallaje en San Pablo (80-59)

  • El Cajasol supo madurar el encuentro y barrió al Gipuzkoa en la segunda parte. La defensa pudo con un rival que, con Robinson aquejado por un proceso gripal, apenas contó con un gran Doblas en ataque.

Novena victoria en 18 jornadas. ¿Quién iba a decir que este Cajasol se divertiría y ganaría con abrumadora facilidad? Pues sí, ver para creer, pero es así. Los niños de Aíto García Reneses son hombres en la pista. Se crecen y asumen la responsabilidad cual veteranos, compensando con casta y garra la falta de experiencia, y así pasaron por encima de un Gipuzkoa que acabó rindiendo vasallaje a la superioridad hispalense, cimentada en una gran defensa en el segundo y tercer cuartos (apenas encajó 20 puntos). Incluso el cuadro sevillano se permitió el lujo de divertirse, de jugar al ritmo que marcó un sensacional Franch y rematar la faena antes de los últimos 10 minutos de la mano de Sastre, Landry y Porzingis y la capacidad reboteadora de Balvin y Hernangómez...

Todos aportan. Es el sentido de lo que se llama equipo con letras mayúsculas. No hay nadie que no pelee, no está permitido bajar los brazos, y así madura un encuentro hasta ponerlo en el punto justo en el que la juventud se convierte en virtud: descaro y mayor frescura para rematar a un rival con más kilómetros en las piernas y con menso efectivos.

Así acabó, por ejemplo, el Cajasol con Fuenlabrada u Obradoiro. También cayó el Gipuzkoa, que encadenó su cuarta derrota seguida del campeonato superado por un vendaval de ganas y casta llamado Cajasol. A eso nadie lo gana.

Nada se escapó al guión previsto. Con Robinson en horas bajas tras superar un proceso gripal, la táctica guipuzcoana era tan clara como fácil: balones a Will..., es decir, a Doblas. En el interior se hizo amo y señor de la pintura frente a un impotente Balvin que vio cómo el pívot le metía en sus narices los seis primeros puntos visitantes de forma seguida, a los que sumó otros dos tras el triple de Salgado, que entró por la momentánea lesión de Neto en el tobillo. Sólo fue un susto. La enésima canasta de Doblas bajo el aro hizo reaccionar a Aíto García Reneses. Balvin al banco, charla con el checo, y Porzingis y Hernangómez a la pista. Entre los dos pipiolos cambiaron el panorama, mostrando una mayor intensidad defensiva que permitió al Cajasol correr más en ataque gracias a las recuperaciones (seis en los primeros 10 minutos) y a una mayor garra atrás que permitía lanzamientos menos cómodos que antes.

Desde la defensa creció el equipo en ataque, con el renacido Sastre tirando del carro, aunque Doblas seguía haciendo daño en la pintura. Sin embargo, solo no podía hacer nada. El baloncesto es un juego colectivo y los de Aíto lo supieron entender mejor que los de Sito Alonso, que acabaron pagando su dependencia del cinco vasco. Más de cinco minutos estuvo el Gipuzkoa sin anotar en el segundo cuarto hasta que Winchester clavó su primer triple, pero para entonces el Cajasol ya había tomado el mando (24-20). Aun así, el encuentro se mantenía igualado porque los locales, pese al paso adelante dado atrás, seguían fallones en la canasta contraria, aunque empujados por los seis rebotes ofensivos y las siete recuperaciones llegaron por delante en el marcador al descanso (31-29).

El partido estaba ya lo suficientemente maduro para romperlo y el Cajasol aceleró. ¡Y cómo! Un 15-4 tras la reanudación acabó con un Gipuzkoa que se vio superado por la mayor velocidad, dinamismo e intensidad del conjunto sevillano. Porzingis lo rebañaba todo con su amplia envergadura, Hernangómez y Balvin ponían a Doblas en su sitio, o al menos frenaban su impacto, Sastre hacía la canasta de la jornada en una gran penetración y el cuadro andaluz puso rumbo al triunfo. Y todo con la dirección de Franch, que manejó el choque a su antojo e hizo que el partido de Satoransky pasase algo desapercibido pese a sus 10 puntos. El de Badalona, cuando se encuentra a gusto, marca diferencias, pero es una pena que se cuentan con los dedos de la mano esos partidos esta temporada.

Una casta de Bamforth cerró el cuarto (54-40) y el duelo. Quedaban 10 minutos para pasarlo bien porque el Gipuzkoa, sin banquillo y si el Robinson habitual, no tenía capacidad de reacción. Eso sí, Doblas siguió a lo suyo hasta acabar con 23 de los 59 puntos de su equipo. Pero también siguió a lo suyo un Cajasol que jugaba cómodo y fácil ante un rival escaso de espíritu. De eso van sobrados los sevillanos, que olieron sangre y fueron a dinamitar el marcador, con un Landry que empezó a ver el aro como una piscina desde el triple con un 3/4 cuando todo estaba resuelto. Diversión hasta el final en una victoria para soñar..

Ficha técnica:

80 - Cajasol (18+13+23+26): Satoransky (10), Sastre (13), Mata (4), Landry (17), Balvin (7) -quinteto inicial-, Franch (8), Bamforth (2), Porzingis (9), Radicevic (2), Burjanadze (0) y Harnangómez (8).

59 - Gipuzkoa Basket (20+9+11+19): Neto (5), Motos (0), Cortaberría (5), Doblas (23), Ramsdell (6) -quinteto inicial-, Robinson (2), Winchester (6), Salgado (9), Olaizola (2) y Hanley (1).

Árbitros: Pérez Pizarro, Castillo y Cardús. Eliminaron por cinco faltas al visitante Olaizola (min. 35) y al local Porzingis (min. 37).

Incidencias: Partido correspondiente a la decimoctava jornada de la Liga Endesa disputado en el Municipal de San Pablo ante 3.400 espectadores.

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