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El Écija estuvo cerca del empate frente a un ordenado Cádiz

Con las manos en la cabeza y con la boca abierta acabaron ayer los jugadores del Écija y su técnico, Pedro Buenaventura. El motivo, visitar el Ramón de Carranza y verte vivo en el tramo final del partido, con tan sólo un gol en contra. Y es que si al equipo astigitano se le está atragantando esta temporada la salsa del fútbol, los goles, el Cádiz la está digiriendo de maravilla.

A los amarillos les bastó ayer un solitario tanto de Enrique para sumar tres nuevos puntos ante un Écija que no termina de alejarse de la zona de descenso, pues ocupa el puesto de promoción. No obstante, los azulinos dejaron una buena imagen ante un rival que se dispara en la clasificación.

El partido comenzó con dominio del equipo amarillo, que, a la media hora de juego se adelantó. Sin embargo, el gol espoleó al cuadro sevillano, que pudo empatar por medio de Jesús Rubio, que, tras una fallo clamoroso de la defensa amarilla, estuvo cerca de batir a Casilla. En la segunda parte, el cuadro de Javi Gracia pudo dejar el encuentro resuelto, pero desaprovechó numerosas ocasiones claras delante de Arturo.

Esto provocó que los pupilos de Buenaventura metieran el miedo en el cuerpo, en los minutos finales, a un Cádiz que vio cómo su rival rozó el empate. Sin embargo, la falta de acierto de los ecijanos hizo que el marcador no se moviera y que los tres puntos fueran a parar al casillero de los locales.

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