Eurocopa 2020

La alergia de la UEFA al coronavirus

  • El Congreso celebrado en Ámsterdam se convierte en un intento de cerrar filas ante el mensaje de que la Eurocopa 2020 no se verá afectada por el virus

El ministro de Sanidad y Deportes holandés, Bruno Bruins, junto al presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, en el congreso de Ámsterdam.

El ministro de Sanidad y Deportes holandés, Bruno Bruins, junto al presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, en el congreso de Ámsterdam. / ROBIN VAN LONKHUIJSEN / Efe

El Congreso de la UEFA celebrado este martes en Ámsterdam estuvo marcado por el temor a una suspensión o al aplazamiento de la Eurocopa 2020 por el coronavirus. El máximo dirigente del fútbol europeo, Aleksander Ceferin, se mostró incómodo ante las reiteradas preguntas sobre el asunto.

A primera vista, el miedo al virus no era apreciable en el Beurs van Berlage, el edificio elegido por la UEFA para su evento y que a principios del siglo XX acogió la Bolsa de Valores de Ámsterdam. El congreso se celebró con normalidad, más allá de un letrero en la entrada que invitaba a los asistentes a lavarse las manos con frecuencia y cubrirse la boca con el antebrazo, o con un pañuelo desechable, si tosían. También recomendaba no tocarse los ojos, la nariz y la boca.

El presidente de la UEFA pareció olvidar estas recomendaciones durante la rueda de prensa posterior al congreso. El lenguaje gestual lo traicionó, pues el esloveno se llevó las manos a los ojos y a la boca a partir de la cuarta pregunta por el coronavirus. Hubo al menos tres más.

Ceferin optó al principio por delegar las respuestas en su secretario general, Theodore Theodoridis. El griego explicó que habrá un "grupo de coordinación" que tratará el asunto "caso por caso" y recordó que antes de la Eurocopa, prevista para junio y julio de este año, se deben jugar otras decenas de amistosos de preparación.

El presidente de la UEFA no se aguantó las ganas y tomó el micrófono después de la enésima pregunta sobre el tema. "Vamos a intentar ser optimistas y no pensar en los escenarios más oscuros", dijo con una sonrisa.

La actitud de la UEFA contrasta con las medidas tomadas por las federaciones que la conforman, pues Italia y Suiza han suspendido partidos de sus respectivas competiciones. El ministerio español de Sanidad anunció ayer que el Valencia-Atalanta, correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, y el Getafe-Inter, de Liga Europa, se jugarán a puerta cerrada para evitar contagios.

Otro de los riesgos es la gran movilización de personas que conllevará el torneo. A diferencia de otras ediciones, que tenían una o dos sedes, la Eurocopa 2020 se celebrará en 12 ciudades diferentes. Italia, el país más afectado por el coronavirus en el viejo continente, aporta el estadio Olímpico de Roma.

A estos hechos se le añade el ruido introducido el por el presidente de la FIFA, que en una entrevista con Reuters no descartó la suspensión de la Eurocopa. Sus declaraciones cayeron como un jarro de agua fría en la UEFA, que no quiere ni oír hablar de esa posibilidad. Al máximo dirigente del fútbol europeo le preguntaron por el asunto. "No leí la entrevista, pero leí el titular y hablé con Infantino ahora. Me dijo que él nunca había dicho eso", zanjó Ceferin. "Ése es mi comentario al respecto", añadió, por si a alguien se le ocurría sacar el tema otra vez. Es decir, la culpa fue del mensajero, no el mensaje en sí.

El dirigente esloveno se mostró aún más escueto cuando le preguntaron si la UEFA se ha puesto una fecha límite para decidir si el torneo sigue adelante de forma definitiva o se suspende. "No", respondió. Sin matices.

Mientras tanto, desde las federaciones se trabaja con la perspectiva de que la Eurocopa seguirá su curso. "Nosotros trabajamos con total normalidad", dijo a Efe el director deportivo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), José Francisco Molina.

¿Y si se suspende? "Lógicamente lo acataremos porque será una decisión muy pensada, meditada y con sus razones", dijo Molina. Algo de esperar teniendo en cuenta los cientos de millones de euros que están en juego, sobre todo en lo concerniente a los derechos televisivos. El 86% del dinero que entra en la UEFA procede de estos ingresos, recordó Ceferin en su discurso inicial. El notable éxito económico de la confederación supone, al mismo tiempo, su mayor debilidad.

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