Grupo D

El 'Gallina' que mutó a gallo

  • El centrocampista del Inter Ivan Perisic está devolviendo con creces la confianza que Ante Cacic puso en él.

Ante Cacic, seleccionador de Croacia, nunca se olvida de Ivan Perisic cuando recuerda la suerte que tiene por contar con muchos jugadores de grandes clubes europeos: "Modric del Real Madrid, Rakitic del Barcelona, Mandzukic de la Juventus, Srna del Shakhtar y Perisic del Inter". Siempre lo incluye en esa lista.

Para Cacic, que una gran parte de sus futbolistas jueguen en grandes ligas es un punto a favor y un salto de calidad. También lo han reconocido los entrenadores a los que se ha enfrentado en esta Eurocopa, como Pavel Vrba, que tras ser eliminado atinó a decir que su equipo estaba un escalón por debajo porque la República Checa tiene una liga inferior.

Perisic juega en un torneo importante, pero en un club en horas bajas. Hace seis temporadas que el Inter ganó su último campeonato. Lo celebró en 2010 y, desde entonces, no consigue levantar cabeza. Pero eso a Cacic no le importa. Sabe que tiene a un jugador con una calidad tremenda y por eso jamás se olvida de él cuando recita a los mejores.

El jugador, nacido en 1989 en Split, no ha decepcionado a su entrenador. Ha correspondido a esa confianza con muy buenas actuaciones, la última, ante España. Frente a los hombres de Vicente del Bosque volvió a aparecer para dinamitar la Eurocopa dejando a su rival en la parte del cuadro explosiva por la presencia de equipos como Alemania e Italia.

Pero la historia de Perisic, hasta llegar a la élite, está forjada en la lucha y el espíritu de superación. Para empezar, en su infancia tuvo que aguantar un apodo no muy agradable: el Gallina. Su padre, Ante Perisic, dirigía un negocio de pollos y su hijo, durante un tiempo, tuvo que vivir con un nombre que no era el suyo. Curiosamente, ese negocio fue el que no permitió a Perisic debutar en la Primera División de la liga croata. Hace una década, cuando estaba en las categorías inferiores del Hadjuk Split, el Gallina tuvo que fichar por el Sochaux francés por una razón: el negocio de los pollos estaba a punto de quebrar y su padre necesitaba el dinero.

Perisic voló sin dudarlo a Francia para salvar el sustento económico familiar. Ese mismo sustento que, a la vez, le había proporcionado un apodo no muy agradable que poco a poco fue desapareciendo con el paso del tiempo. Su salida de Croacia, en el fondo, salvó el negocio de los pollos y también acabó con un nombre con aroma a corral.

Poco a poco, el jugador balcánico fue quemando etapas en el fútbol europeo. En el Sochaux apenas jugó, fue cedido al modesto Roeselare belga y después traspasado al Brujas. Allí estuvo dos temporadas y, en la segunda, marcó 22 goles. Eso le valió un traspaso al Borussia Dortmund en el que llegó a cabrear a Klopp tras pedir más minutos a la prensa.

Por cerca de 20 millones de euros fue traspasado al Wolfsburgo, donde completó tres buenas campañas, sobre todo la segunda y la tercera. Para entonces, el negocio de los pollos había dejado de tener problemas. Su padre, ya podía respirar tranquilo: la economía familiar estaba más que salvada desde hacía tiempo.

El año pasado Perisic cambió de nuevo de aires y se fue al Inter y desde 2011 ya juega con la selección croata. Era algo que siempre quiso, un sueño: "Si es necesario me ofrezco para cargar con los balones del entrenamiento, sólo por tener la oportunidad de jugar con genios como Modric y Kranjcar", dijo mientras jugaba en el Brujas.

Perisic no tiene que pensar en cargar balones para nadie. Es, sin duda, uno de los referentes de una Eurocopa que explotó con su actuación ante España: su gol a De Gea abrió el camino de Croacia hacia unas eliminatorias más fáciles y se lo cerró a su rival, que se ha metido en un lío.

Y es que el extremo balcánico, el zurdo prodigioso, el hombre que ha complicado la vida a España, ha pasado de ser el Gallina ha convertirse en el gallo europeo.

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