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Garbiñe Muguruza logra su primer Roland Garros

  • La española derrota en dos sets (7-5 y 6-4) a la número uno del mundo, Serena Williams, en la primera final que disputa del Abierto parisino.

La española Garbiñe Muguruza logró su primer título de Grand Slam al destronar a la estadounidense Serena Williams en la final del Abierto de tenis de Francia por 7-5 y 6-4. La nueva campeona cerró el partido en su quinto punto de partido, tras una hora y 43 minutos de juego, con un globo que dio en la línea de fondo.

Con cara de incredulidad y las manos en la cara, la española cayó de espaldas sobre la arcilla naranja de Roland Garros antes de ir a abrazarse con su rival. "Estoy tan contenta. Jugar ante una de las mejores jugadoras es la final perfecta. Estoy muy feliz", dijo sobre la pista. "Este es el torneo en España. Rafa (Nadal) es el gran campeón. Una victoria aquí es lo máximo". Se trata de la segunda tenista española que gana en París después de los triunfos de Arantxa Sánchez Vicario en 1989, 1994 y 1998.

El primer set fue un choque de trenes. Si Williams tenía problemas en el abductor, como había asegurado un día antes, los disimulaba bien. A las dos jugadoras les gusta dominar el punto y el intercambio de golpes era violento. A Muguruza le gusta el sol, pero París no iba a ponérselo fácil. No sólo tenía enfrente a la número uno del mundo, ganadora de 21 Grand Slams, sino que el día era frío y nublado, acorde con una semana de lluvias que han desbordado el Sena.

El tenis quiere caras nuevas, pero el público francés estaba también deseoso de ver a la estadounidense igualar el récord de 22 grandes en la era abierta de la alemana Steffi Graf. Finalista en 2015 en Wimbledon ante Williams, Muguruza, de 22 años, es una de las jugadoras que más descolla en el circuito, donde aspira a desbancar del trono a la norteamericana, de 34.

Era pues un choque generacional. Para Muguruza, la oportunidad de empezar a escribir su historia con su primer título de Grand Slam, para Williams la ocasión de exorcizar los demonios que le persiguen desde el último US Open. El año pasado estuvo a punto de conseguir el Grand Slam, pero tras arrasar durante toda la temporada, la estadounidense cayó inesperadamente en las semifinales de Nueva York. Unos meses después, perdió también la final de Australia ante la alemana Angelique Kerber.

En París, Williams volvió a mostrarse vulnerable. Muguruza, por el contrario, enseñó el carácter que se le exige a una campeona. No sólo ganó su primera final sobre la superficie, sino que lo hizo en la cancha más importante del mundo en polvo de ladrillo, la Philippe Chatrier. La española rompió para 3-2 en el primer set, pero cedió de nuevo la ventaja para el 4-4. Con 5-5 en el marcador, Muguruza demostró que esta vez, a diferencia de en Londres, estaba allí para ganar y volvió a romper a su rival con una derecha demoledora. En el siguiente juego necesitó tres puntos de set, pero no dejó escapar la oportunidad.

Tres roturas seguidas pusieron el segundo parcial 2-1 a favor de Muguruza, que ya no cedió su ventaja hasta el final. La española pudo cerrar el partido al resto con 5-3, pero desperdició cuatro puntos de partido. Los nervios de ver al victoria tan cerca podrían haberle traicionado en el pasado, pero la española ha mostrado una madurez en París que podría llevarle más lejos. Con su servicio, ya no falló y se convirtió en la nueva reina de Roland Garros.

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