Ander Garitano confirmó ayer su dimisión como entrenador del Zaragoza sólo una semana después de su nombramiento, con lo que ahonda la crisis por la que atraviesa el equipo aragonés. El técnico vasco, que asumió las riendas del equipo el 14 de enero tras la destitución de Víctor Fernández, aseguró que los motivos de su marcha eran "estrictamente personales".

Garitano consideró "injustas" las especulaciones sobre su renuncia, entre las que se contaba un posible enfrentamiento con la directiva a propósito del jugador Andrés D'Alessandro.

Algunos medios españoles aseguraron que el técnico había sentido menoscabada su autoridad en el equipo por parte de la directiva, al no respaldarle en su intención de castigar por su actitud al extremo argentino, que podría haber causado problemas en el vestuario tras el último partido de Liga. Garitano, sin embargo, dijo no sentirse "bien anímicamente por una serie de causas personales" para dirigir al equipo y eximió de toda responsabilidad a los dirigentes.

La dimisión resulta sorprendente no sólo por la rapidez con la que produjo, sino porque además el Zaragoza truncó el domingo, en el debut de Garitano en Liga, una racha de nueve partidos consecutivos sin ganar, con una victoria por 3-1 ante el Murcia. El vasco, que no quiso especificar cuáles son los motivos personales que le empujaron a dimitir.

Su primer partido al frente del equipo fue el miércoles en Copa del Rey, apenas dos días después de su presentación como entrenador, frente al Racing, que eliminó al Zaragoza en los octavos de final tras derrotarlo por 4-2.

"Esta decisión es lo mejor para el club en estos momentos, aunque sea difícil", aseguró Garitano, que tras terminar su carrera como jugador en el equipo zaragocista, se quedó en el club como técnico de las categorías inferiores. Sin embargo, la renuncia de Garitano no hace sino profundizar la crisis por la que atraviesa el club, que partió con grandes expectativas a comienzos de temporada. Aunque la victoria del domingo alivió mucho su situación, el Zaragoza languidece, undécimo, en la mitad de la tabla de la Liga con 25 puntos, más cerca del descenso que de los puestos europeos.