Tres bajo par el primer día, cuatro par el segundo, cinco bajo par el tercero y el cuarto... Es Miguel Ángel Jiménez, el mejor reclamo para que el aficionado se acerque a este Open de España. El malagueño va a más. Tanto que ya tiene en el punto de mira el liderato. A tres golpes, pero ahí anda, después de que Ignacio Garrido cerrara la tarde al par para mantener el -15 que ya llevaba después de dos primeros días de ensueño.

Habrá duelo patrio, entre españoles, en el partido que cierra la jornada final en el Real Club de Golf de Sevilla. No es normal. De hecho, tampoco lo es que gane un jugador nacional. El último que lo hizo se llama Sergio García y se alzó con el trofeo en el año 2002. Seis más tarde hay dos -Garrido y Jiménez-, y algunos más un poco más retrasados, que optan a este galardón del circuito europeo.

A estas alturas hay muchas claves, pero Garrido quizás no se haya asegurado el torneo por dos putts al final de su recorrido. Llegaba al 18 con las gradas repletas animándole. Tenía un complicado tiro de ocho metros para birdie. No sólo erró, sino que se quedó a metro y medio del hoyo. Y no pudo hacer el par que le habría dejado con -16, sino que pateó mal y acabó la jornada con bogey. Jiménez, mientras, hablaba en la sala de prensa de que cuatro golpes era mucha distancia, aunque se podía recortar. Cuando salió de charlar con la prensa se enteró de que era tres el margen con el liderato. Mejor para el malagueño.

El arrollador juego de Garrido en sus dos primeras tarjetas no tuvo continuidad el sábado, aunque terminó al par. El problema es que por detrás pisan fuerte y Jiménez va paso a paso, perro viejo, sabedor de que esto dura cuatro días y hay que templar los nervios. El andaluz cambió la tendencia y tuvo una mejor primera vuelta que segunda. Cuatro birdies en los primeros nueve hoyos para intranquilidad de un Garrido que venía después y que no encontraba el tino en los putts. Encima, Jiménez no superó el par en ninguno de los 18 hoyos del torneo. Fiabilidad pura y dura. Al final, -12 y el título a tiro si Garrido se desinfla.

Tampoco es seguro que el ganador vaya a salir de este estelar enfrentamiento. El madrileño y el malagueño caminan solos, pero les sigue gente con hambre. De primeras, otro de los favoritos. El danés Soren Hansen jugó con sobriedad (-5 ayer) y se encaramó a la tercera posición con -11. No es el único. El paraguayo Marco Ruiz sigue sin caer de la delantera y con -3 comparte plaza con el nórdico y con el inglés Mark Foster, que cerró el día con -4.

La nómina de integrantes que acumulan 10 bajo par después de tres jornadas es más numerosa. Cinco golfistas aspiran a que caigan los de arriba para darles caza. Entre ellos, el malagueño Carlos Rodiles, que iba al par del campo y a falta de tres hoyos hizo birdies en el 16 y el 18. El líder de la primera jornada, Erlandsson, acabó la tarde con +1 y un total de -10 también, al igual que el australiano Fowler, el irlandés Lawrie y el surafricano McLardy.

Los españoles están danto la talla y sólo hay que comprobar que hay nueve entre los 27 mejores: un tercio. Está siendo magnífico el rendimiento del asturiano Alfredo García Heredia, que tripitió un 69 y está con -9, el mismo resultado con el que parte en los últimos 18 hoyos José Manuel Lara. El valenciano terminó su partido con Jiménez con -2. El amateur Danny Willett completa la terna.

Ya a siete golpes del líder (-8), demasiado lejos para quedar sólo una jornada, hay un ilustre como Darren Clarke, que con cinco abajo tuvo un excelente comportamiento ayer, al igual que el inglés Richard Finch, con un resultado calcado y empatado con el norirlandés. Más españoles. Pablo Martín Benavides y Manuel Quirós hicieron -5 para situarse vigésimos con -7. Alejandro Cañizares y Eduardo de la Riva transitan justo tras ellos con -6.