El Getafe se aproximó a su sueño copero y se asomó, por segunda vez consecutiva, a la final de la Copa del Rey tras superar en el primer asalto al Racing, que queda a expensas de una remontada en El Sardinero después de que Manu del Moral firmara el tercer tanto madrileño a ocho minutos del final.

Sin embargo, el tanto marcado por Smolarek en la primera parte conserva las ilusiones cántabras, distanciados en dos goles de una cita histórica. Sin precedentes. La que ha movilizado a 4.000 seguidores hacia Madrid para dar color, verde, a un habitualmente desangelado Coliseum.

Fue un disparo del argentino Duscher desde la media luna, que rozó el poste derecho de la meta de Óscar Ustari, el que rompió las hostilidades al cuarto de hora de juego. Hasta entonces, el tanteo acaparó la puesta en escena de dos equipos que asimilaban su condición de semifinalistas.

No hubo vértigo. Manu del Moral, sin convicción, respondió a la amenaza cántabra. Toño detuvo sin sobresaltos.

El Getafe intensificó su presencia en el área visitante, perfectamente ordenado. Sin espacios que permitieran el acomodo local a la hora de manejar el balón.

Hasta que una falta lejana lanzada por Licht, desviada a córner, significó el preámbulo del tanto madrileño. A balón parado. Granero lanzó el saque de esquina y en el borde del área pequeña De la Red marcó de cabeza.

Apenas contó con tiempo para celebrarlo. Acto seguido, otra acción a balón parado, botada por Jorge López fue rematada por Smolarek, que se encontró con la pelota de forma inesperada. Bendecida por la pasividad de la zaga local. El panorama avivó el choque. Ya plenamente copero. El Getafe se aceleró para enmendar la plana. La respuesta del Racing fue una entrada de Tchite, en la que encaró a Ustari pero que concluyó con una mala resolución. A medio camino entre el tiro y el centro. El balón se perdió.

El Getafe incentivó su ataque con criterio. Aun a riesgo de desvestir la retaguardia y facilitar la respuesta cántabra. Movió con criterio el balón.

Pablo Hernández entró más en juego y el equipo lo notó. De hecho, una acción suya propició el segundo tanto madrileño. Una jugada de tiralíneas. De toque. El valenciano combinó con Manu primero y con Uche después. El africano vio la situación de Casquero, al borde del área. Para él fue el balón. Avanzó, solo, un par de metros, se plantó ante Toño y lo batió por raso.

Con el Getafe en ebullición, apoderado de la pelota y con más espacios, amplió su peligro. Manu del Moral pudo marcar el tercero. De cabeza.

Y fue, finalmente, el jiennense el que inclinó la eliminatoria del lado madrileño. A siete minutos del cierre, golpeó en dos ocasiones el centro de Pablo hasta que entró en la meta de Toño, que no pudo amarrar el primero. El Getafe partirá en la vuelta con ventaja.