El Cajasol que mejor defendió fue, mientras no se demuestre lo contrario, el de las dos primeras temporadas de Javier Imbroda -1998-1999 y 1999-2000, posiblemente las dos más brillantes de la historia cajista-, porque la tercera no llegó a finalizarla. Aquel equipo, que en ataque vivía de la elevada y añorada calidad de Andre Turner, Mike Smith y Richard Scott, ganó más de un partido sin llegar a los 70 puntos a favor. Tras fracasar como entrenador del Real Madrid -en la 2002-2003 se quedó fuera de los play off al finalizar décimo-, Imbroda parece haberse quedado sin sitio en un banquillo de prestigio de la ACB. Desde mediados de la pasada campaña dirige al Grupo Capitol Valladolid, que este sábado recibe en el pabellón Pisuerga al Cajasol.

Precisamente, el Grupo Capitol, que como el Caja acumula tres victorias y seis derrotas, se ha convertido en el peor defensor en lo que va de campeonato, pues ha encajado una media de 86,22 puntos por encuentro, si bien es cierto que dicho registro se elevó considerablemente el domingo pasado a raíz de la abultada derrota que los pucelanos sufrieron en la cancha de un necesitado Unicaja (103-65).

Imbroda, como Magnano y como la mayoría de los entrenadores, considera vital la recuperación de su defensa para tener opciones de triunfo. "Lógicamente, estoy enfadado, porque ahora mismo no me reconozco en la defensa que el equipo está practicando. Me cuesta mucho entenderlo y no se pasa bien cuando jugamos tan mal", afirmó ayer el preparador melillense, que espera corregir semejante carencia sin mayor dilación: "En la segunda vuelta del año pasado, conseguimos ser la tercera o la cuarta mejor defensa de la Liga. Ese dato me da esperanzas para poder recuperar ese nivel que tuvimos. Desde luego, si lo conseguimos, le pondremos las cosas difíciles al Cajasol".

Recibir pocos puntos es también la prioridad del Caja, que, precisamente, viene de dejar al Barcelona en 58 puntos, en su mejor partido en defensa.