Como agua de mayo necesitaba el Sevilla una victoria. Primero por orgullo, y después para afrontar la segunda parte de la competición con la moral suficiente para dar la cara ante cualquiera.

Ayer, a pesar del evidente nerviosismo, las sevillistas lograron el triunfo ante un Jaén que llegaba como último clasificado, pero que metió el miedo en el cuerpo después de hacer dos goles en la recta final del choque.

La gran primera parte ofrecida por las jugadoras de José Manuel Fidalgo pronto obtuvo sus resultados. La joven Amparito (16 años) ponía en ventaja por dos veces a las suyas. Martín Prieto, otro de los jóvenes valores de las cantera sevillista, ampliaba la ventaja hasta un tranquilizador 3-0 con el que se llegaba el descanso.

Pese al resultado, el Sevilla no se despistó en la segunda mitad, hasta que se encaró el último tramo. Un córner sin relativo peligro era aprovechado por Ana Manta antes de que Tania, dos minutos después, hiciera el 3-2. Pero no había tiempo y los puntos se quedaban merecidamente en casa.