Tras la derrota del pasado sábado del Sevilla ante el Barcelona, en un partido en el que los rojiblancos dieron la sensación de bastarle con perder por 0-1, el técnico sevillista Manolo Jiménez ha dejado claro que para nada es un "entrenador defensivo". De hecho el técnico utilizaba con ironía los nombres de sus mejores hombres en ataque como prueba del fútbol que hace el Sevilla, según sus palabras "ofensivo".

"Yo soy muy defensivo porque alineo a Kanoute, Luis Fabiano y Adriano contra el Barcelona. El equipo del Sevilla es ofensivo y fue el año pasado de los más goleadores del a Liga con Manolo Jiménez, aunque este año no hemos encontrado aún el equilibrio de los pocos goles encajados con los que realizamos", reconocía.

En cualquier caso, aunque la realidad habla de un equipo en posición de UEFA -es quinto con 24 puntos- el juego del Sevilla sigue sin convencer, aunque esto sea algo que Jiménez asume sólo a medias.

"Que jugadores de la calidad de Freddy Kanoute y Luis Fabiano fallen goles no es normal, pero es que son humanos y, tarde o temprano, tienen que acertar. Soy de los que piensan que no por jugar con muchos delanteros se es más ofensivo, pero si presionamos más adelante, ¿a quién le presionamos, al portero?", argumentaba. 

Por otro lado, Jiménez analizaba el partido del pasado sábado ante el líder utilizando los nominativos "desencanto" y "decepción". Unas palabras que permiten ver como Jiménez no parece dispuesto a admitir que este partido sea calificado con adjetivos negativos.

"Que si fue un desencanto y una decepción... Bueno, si analizamos el primer tiempo nos tiene que dar pie a pensar que fuimos el único equipo capaz de frenar al Barcelona, cuando el Barcelona se siente importante dentro, sobre todo con los jugadores que tenía, porque era el Barcelona con Messi. Aunque en el segundo tiempo fue un desencanto total. Pero perder mañana sí que sería un tropiezo grandísimo", matizaba.

Jiménez ve "dificilísima" la clasificación si pierden ante el Partizán

Finalmente, el técnico arahalense analizaba su papel en el Grupo C de la fase de liguilla de la Copa de la UEFA donde es penúltimo con sólo tres puntos.

"De no ganar al Partizán la clasificación se pondría dificilísima. Ya sabíamos que era un grupo fuerte e igualado y, con seis puntos sería la segunda vez en la historia, con el actual formato, que un equipo no se clasificase. Hay que ganar y a ver qué pasa en el último partido, contra la Sampdoria", precisaba.

De todos modos, el de Arahal no quiere meter una presión anticipada a sus pupilos. "Obligación de ganar la tiene siempre el equipo, otra cosa es que se gane o no, pero hay rivales enfrente. La obligación de ganar no tiene que crear ninguna ansiedad", advirtía.