El entrenador del Sevilla, Manolo Jiménez, se mostró satisfecho por el empate cosechado por su equipo ante el CSKA de Moscú (1-1), en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, y aseguró que lograr un tanto fuera de casa era la "consigna" para afrontar con garantías el choque de vuelta.

"Nos adaptamos a los elementos y controlamos el balón. Al final fue una pena el gran gol de Mark González, con un efecto imposible que les ha permitido lograr un mejor resultado del que esperaban", manifestó el técnico de los sevillistas al término del encuentro.

Además, el de Arahal explicó que tras el 0-1 conseguido por Álvaro Negredo a los 25 minutos de partido, el equipo intentó buscar las contras para sentenciar al cuadro moscovita. "No fue posible y por eso el resultado nos deja un sabor agridulce", apuntó Jiménez.

"Con un mal resultado nos habrían llovido las críticas si nos metemos atrás. Conocíamos bien al rival, lo mucho que nos jugábamos. Era normal que con 0-1 salieran con todo en la segunda mitad. Nuestra intención era pillarles a la contra y sentenciar, pero no siempre sale lo que uno desea", afirmó. 

Aún así, Jiménez quiso destacar la importancia de haber obtenido un empate fuera de casa. "Es la primera vez que podemos alcanzar los cuartos de la Liga Campeones en 104 años de historia que tiene este equipo. En Nervión, el primer gol lo tiene que anotar la afición. Llueva o truene", finalizó.