El pasado martes en el partido Champions por Africa se le veía feliz en el banquillo, contento, bromista y relajado. Como ya desveló Monchi en su comparecencia de prensa del jueves, ya por entonces había tenido reuniones con el presidente y sabía que había recibido el aprobado y que el club le ha puesto en sus manos el proyecto de la próxima temporada. Ayer, Manolo Jiménez, el entrenador del Sevilla, pronunció sus primeras palabras como tal y con todas las de la ley en la hermandad de la Carretería, donde mantuvo una charla-coloquio organizada por el grupo joven en la que dijo cosas interesantes en un tono distendido. Es el nuevo Jiménez, que llega, si cabe, con más ganas que nunca.

El preparador hispalense se mostró muy satisfecho por la decisión tomada por el club y lo considera fruto de su trabajo, que siempre fue constante, una virtud siempre presente a lo largo de su carrera. Para ello puso ejemplos en forma de anécdotas. "Desde que hice una redacción en el colegio diciendo que quería ser futbolista no paré en el empeño hasta conseguirlo. Pues esto es igual. Después siempre tuve claro tras colgar las botas que quería ser entrenador", dijo un Jiménez más ilusionado con el nuevo reto después de "una temporada que ha sido difícil", relató.

Jiménez, ante el baile de nombres de su plantilla que están sonando como refuerzos de otros equipos, se muestra tranquilo. Daniel Alves, Luis Fabiano, Poulsen, Keita... en algunos casos casi se da por hecho que no estarán el curso que viene en Nervión e incluso que parece que tienen ya destino fijo como es el caso de Daniel con el Barcelona. El técnico confía en que el Sevilla seguirá creciendo pese a todo. "No me inquieta el futuro aunque se vayan jugadores porque se pondrá remedio con nuevos futbolistas. Yo confío ciegamente en la secretaría técnica y sé que los que vengan suplirán a la perfección a los que se vayan", precisó el entrenador nacido en Arahal, que desveló que no sólo uno sino algún jugador más de la actual plantilla puede marcharse mediante el pago de su cláusula de rescisión. Todos piensan en Poulsen, cuya libertad vale 10 millones de euros, pero otros peligros están ahí en los casos de Keita (14) o Diego Capel (15). "Está claro que las cláusulas están ahí y uno o dos jugadores se pueden marchar así, pero no hay que preocuparse. El Sevilla actual siempre tiene que aspirar a lo máximo y ya hay en mente jugadores para suplir a los que se puedan ir", subrayó el entrenador del Sevilla, que en el tono del foro en el que hablaba se refirió a su fe como motor a lo largo de su carrera. En este sentido, también indicó que le sirvió en los malos momentos que pasó esta temporada. "Ser cristiano, la fe, me ha ayudado siempre a conseguir mis retos profesionales", precisó al tiempo que contó otra anécdota al recordar cuando tenía 15 años mintió para salir de costalero y dijo que tenía 18. De sus preferencias cofrades, habló de que siempre que puede acude a ver el Cachorro y que cuando pasa por La Sed "y está abierto, siempre me paro". Por último, prometió acudir el próximo Viernes Santo a ver La Carretería.