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"Jugar el derbi estaba hablado, pero yo era el primero que dudaba"

  • Escudé se sorprende por el alto nivel que ha dado desde que reapareció en el campo del Betis y lo achaca a que las molestias que tenía han desaparecido · El francés da las claves de la mejoría del sistema defensivo y pide paciencia para fijar los objetivos

-Vaya vuelta…

-Vaya sorpresa para mí. Yo prefiero una sorpresa así a otra. Sinceramente, en el primer partido, un derbi, se me despejaron todas las dudas. No era un partido cualquiera y salió bien. No encajamos goles y yo me sentí con buenas sensaciones. Lo decidimos entre el míster y yo. Quedamos en que tras el verano me iba a dejar tranquilo trabajar para volver bien y sentirme a gusto y con confianza en el campo. Tres días después jugué contra el Espanyol y las sensaciones volvieron a ser buenas. No me puedo quejar.

-¿Le sorprendió quizá ser titular en el derbi o lo tenían hablado?

-Sí, estaba hablado. Durante la semana el míster me decía: "Prepárate poco a poco, mentalízate". Él es el que decide y yo podía haber vuelto antes, pero prefirió elegir ese partido. Él me preguntó si estaba al cien por cien y le dije que sí, que estaba preparado. Pues vamos.

-El asunto resultó, pero cuando se conocieron las alineaciones había dudas con un jugador que salía de una lesión tan larga…

-Yo también las tenía. Era el primero en tenerlas. No sabía si podía aparecer una recaída, una falta de confianza… eso es un poquito la parte misteriosa que tienen estas cosas, pero los primeros balones son importantes y fue muy bien.

-Usted lo pasó mal en verano por las cosas que se dijeron…

-Sí, un poco. Después de no ir a la Eurocopa, decidimos entre el médico francés y el médico del club descansar cinco o seis semanas y hacer un trabajo de recuperación para volver para la pretemporada. Al final no fue bien porque seguía sintiendo molestias en vacaciones y por eso tomamos la decisión con el club de irnos a Múnich para ver a la cirujana que operó a Dragutinovic. Después de eso necesitaba dos meses y por eso mi pretemporada fue distinta a la de los demás, nunca podía hacer el trabajo físico como el resto del equipo. Fueuna corta pero intensa con mucho trabajo de los médicos, recuperadores…

-Pero ahora se ven los frutos. Escudé ha vuelto rápido en el corte, con confianza, como el hombre que maravilló con Javi Navarro.

-La mayor alegría es no tener molestias en el campo. Durante toda la temporada pasada nunca tuve esa sensación. Estuve jugando siempre con esa pequeña cosa, intentando no correr riesgos, no hacerme daño… entonces no te puedes volcar ni dar lo mejor de ti. Apenas forzaba en un corte sentía dolor. Ahora me siento fuerte y disfruto mucho más y eso se ve en el campo.

-Y si coincide con que el sistema defensivo funciona muy bien comparado con el año pasado…

-Hemos empezado muy bien desde el primer partido de pretemporada. Primero cuando no estaba yo y ahora conmigo. Todo eso ayuda a la línea defensiva, al medio campo y a todo el equipo. Luego empezamos en Santander con un partido un poco delicado, pero la confianza se coge poco a poco y la clave está en que todo el equipo trabaja bien, tanto defensivamente como en el plano ofensivo. Tenemos delanteros que aparte de hacer bien su trabajo nos apoyan y defienden, y eso facilita mucho las cosas.

-Está claro que el trabajo defensivo debe ser tarea de todo el equipo y no sólo de una sola línea, pero la zaga es la que más ha cambiado respecto a los hombres que la forman. Han venido tres compañeros nuevos que son fijos en una línea de cuatro.

-Son todos nuevos. Veo la alineación del último partido con Konko, Squillaci, yo y Fernando... son tres jugadores nuevos. De los antiguos en ese partido sólo quedaba yo y ahí la comunicación es importante. Fernando ya conoce muy bien la Liga, se adapta muy bien y tiene muchísima calidad; para Toto (Squillaci) es todavía algo nuevo y necesita todavía un tiempo, pero ya está mucho mejor y me dice que se siente muy a gusto aquí en Sevilla y con el tipo de juego…

-¿Había jugado alguna vez junto a él en Francia?

-Con la selección en un amistoso, pero nada más. Y Konko también. Necesita un tiempo de adaptación, todos los jugadores lo necesitan. Yo también cuando llegué aquí. Pero es muy bueno hacer un 4-0 contra el Bilbao y tener a tres jugadores nuevos. Eso quiere decir que la adaptación se está haciendo bien. Puede aparecer cualquier cosa, pero a ellos le ayuda que nos sintamos fuertes en defensa.

-Squillaci ha mejorado una faceta que el año pasado dio problemas, el juego aéreo.

-Sí, en Francia siempre ha tenido un muy buen juego de cabeza, marcaba muchos goles así y tiene mucha potencia. Está fuerte de arriba y ayuda mucho. Contra el Athletic, contra el Salzburgo por las características de sus puntas… Es un punto positivo para el míster el saber que tiene un defensa que tiene altura y tiene potencia.

-¿Eso quizá faltaba un poquito en el sistema defensivo desde que se lesionó Javi Navarro?

-En parte eso lo decimos porque el año pasado encajamos muchos goles de falta directa o saques de esquina, pero más bien yo creo que era una falta de concentración, aunque siempre es bueno tener fuerza arriba. Ahora con él, con David Prieto, con Fazio… hay altura. Lo trabajamos también todos los días. Raro es el entrenamiento en el que no hacemos algo de cabeza. No sé si es una técnica o una capacidad de algunos jugadores, pero Squillaci tiene una buena anticipación, sabe leer la jugada y el movimiento del balón antes de que se produzca. Eso lo podemos trabajar, pero es algo propio, innato. Toto tiene experiencia, ha jugado la Champions y es un internacional. Es una virtud suya. El balón va por arriba y hace una buena lectura, va con todo y en eso es como Javi.

-Imagino que los centrales también aplauden la decisión del técnico de colocar a un hombre cerquita de vuestra posición y que no se vaya, como Duscher…

-Es un jugador que no se ve mucho, pero que hace un trabajo tremendo para nosotros. Si no tenemos un Duscher podemos tener a un jugador más ofensivo, con más llegada a la portería, pero para nosotros él es muy importante. Nos alivia mucho y corta los pases. Sus desplazamientos sin balón y su anticipación nos tranquilizan y cuando recuperamos el balón, si podemos hacerlo en su línea, en una línea más adelantada es mejor para el equipo. Físicamente también hemos visto que ha jugado varios partidos seguidos y ha mantenido su nivel. Eso para el míster y para nosotros es una buena noticia. También hay otro tipo de jugador, Maresca, Romaric... y podemos buscar velocidad, salto o más control dependiendo del rival porque hay muchos partidos y hay que hacer rotaciones. No somos máquinas y no podemos jugar siempre. Es igual que con los centrales. El míster nos dice que todos tenemos el mismo nivel y quién juegue dependerá de qué es lo que queramos ese día.

-Usted es clave en la salida del balón desde atrás, ¿qué ha cambiado ahora que no está Daniel?

-Cuando estaba era lógico que lo buscásemos. Era un jugador más del equipo, pero por su calidad podía sorprender. Él marcaba la diferencia, hacía bascular al equipo y daba el pase de gol. Ahora el juego pasa menos por la derecha, pero con goles y resultados hemos demostrado tener otros recursos. Ahora creo que combinamos más y buscamos el pase y el movimiento. Su juego era más individual. También atrás... (sonríe) Estamos más tranquilos. El central derecho tiene menos coberturas que hacer (risas). No, en serio, Dani volvía también mucho para defender. Ahora el equipo juega más colectivamente y también tenemos a Jesús (Navas), que tiene más espacios para su juego. Hacían una de las parejas mejores de Europa, pero sentía siempre la sombra de Dani por ahí.

-Altas miras en un arranque tan prometedor. Y si alguno de los grandes tiene una pájara...

-No sé cómo explicarlo. Estar en la parte alta de la clasificación te da orgullo y empuje para el partido siguiente y esto está claro que no tiene nada que ver con cómo empezamos el año pasado. Queremos quedarnos ahí, pero nosotros también vamos a tener nuestra pájara, pues mantener un ritmo así es muy complicado. Ahora estamos bien y estamos teniendo suerte, pero sabemos que vamos a perder partidos y vamos, a empatar otros, fuera, en casa... y eso hay que matizarlo bien. Ahora es fácil hablar, lo difícil es cuando la cosa sale mal.

-¿Y la UEFA?

-Un nivel muy alto. El sorteo para mí no fue una sorpresa porque eran muy fuertes todos los equipos que había en el bombo. No sé por qué este año asusta más, pero es por los nombres de los equipos. Llaman mucho la atención. No es la Champions, pero vamos a ver un Milan, un Schalke 04... son equipos con costumbre de jugar la Champions. Tenemos que estar muy concetrados porque una sorpresa en un solo partido de la liguilla te puede meter en dificultades.

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