El Coria, pese a que tiene la permanencia asegurada, dio la cara en el partido que el enfrentó a domicilio ante el Conil y sumó un punto de forma merecida, pues nunca permitió que los locales se sintieran cómodos en el terreno de juego.

El partido comenzó con un elevado ritmo de juego por parte de ambos contendientes, que libraron una intensa lucha en el centro por intentar hacerse con la manija. Esto propició que en los primeros minutos no hubiese ocasiones claras, cayendo el partido en el aburrimiento. De hecho, la tónica del partido no cambió en todo el primer tiempo, pues todo el juego se desarrolló en la medular.

Así, las ocasiones brillaron por su ausencia, a pesar de que los ribereños lo intentaron en el tramo final de un primer tiempo poco vistoso para los espectadores que se dieron cita en las gradas del Pérez Ureba. Tras el paso por la caseta, el guión de la contienda no cambió y, de nuevo, apareció el tedio. Ninguno de los dos equipos fue capaz de hacerse con la posesión de la pelota, con continuas imprecisiones en los pases, de ahí que hubiese muy poco peligro en las áreas.

El Coria, gracias al buen trabajo de sus centrocampistas, no permitió nunca que el Conil se sintiera cómodo en el campo, aunque la defensa de los auriazules también estuvo a un buen nivel para evitar el peligro que los de Mariano Suárez intentaban crear por las bandas. Así, ni Carrasco ni Isco tuvieron demasiado trabajo, y el poco que tuvieron siempre lo solventaron de manera extraordinaria.

Así, con el paso de los minutos, ambos contendientes dieron por bueno por el empate y ninguno quiso arriesgar para buscar los tres puntos. De hecho, los locales dieron un pasito más en su objetivo de conseguir la permanencia al final de la temporada, mientras que el conjunto coriano no quiso tirar por tierra su buen trabajo y firmó un buen empate para seguir en la zona media.