El Sevilla cerró sin brillo y con derrota -por supuesto intranscendente- una temporada histórica que quedará con letras de oro en los anales del club. Sin intensidad, sin tensión, con el cansancio acumulado por viajes, partidos, actos de celebración... el equipo de Unai Emery tuvo que cumplir con el contrato con la LFP y compareció en Marruecos como flamante campeón de la Liga Europa, título conquistado días atrás en Varsovia.

Los nervionenses, al igual que la pasada campaña en una gira que tuvo paradas en Indonesia y Malasia, vendieron la marca del fútbol español en la LFP World Challenge, en la que el Sevilla fue derrotado tras adelantarse en el marcador por el Hassania D'Agadir, un equipo que puso más ganas en un partido cuya finalización marcaba el comienzo de las merecidas vacaciones de los campeones sevillistas.

Con los internacionales ausentes, Bacca y Banega que jugarán la Copa América, los convocados por Del Bosque Sergio Rico, Alex Vidal y Vitolo, aparte de Carriço, Krychowiak, Tremoulinas o Gameiro, un Sevilla con varios suplentes en el once dominó el marcador hasta el descanso. El portugués Diogo Figueiras, que jugó como extremo por delante de Coke, aprovechó que el rival salió con la defensa muy adelantada para convertir en gol un pase largo de Iborra. El Hassania tuvo la posesión del balón ante un Sevilla deseoso de acabar ya, pero que no le perdió nunca la cara al choque, que además se volvió bronco en algunos momentos por la impericia del colegiado local, que protagonizó decisiones extrañas.

El empate, por ejemplo, llegó al inicio de la segunda mitad con unas manos de Kolodziejczak que acabó con un rosario de tarjetas a los sevillistas. La salida de Deulofeu, explosivo como siempre en el uno contra uno, animó el ataque sevillista, pero en una salida de balón de los de Emery llegó la remontada marroquí en una jugada personal de Ismail tras robarle el balón a Coke en la banda.

Deulofeu tuvo un momento cumbre con un plástico lanzamiento de falta a la cruceta, pero luego tuvo también el 2-2 en sus botas al desperdiciar un mano a mano con el portero al cazar Juan Muñoz una pelota con el Hassania metido arriba. Al final, un trámite cumplido con el único justificante de los ingresos económicos.