Una vez más, y van ya varias ocasiones en este eterno tramo final, el Cajasol tiene al alcance de la mano la permanencia. Todo pasa, otra vez, por ganar una cita clave. Una ecuación fácil en la teoría que en la práctica parece una losa imposible de levantar, porque cuando más cerca está la salvación el batacazo es seguro. Por este motivo el técnico está trabajando el aspecto psicológico, pero también el ataque de un equipo que ha encontrado por fin sus referentes ofensivos: Kakiouzis e Ignerski.

El cuadro sevillano se impuso el domingo en una difícil cancha como la del Polaris, después de dos derrotas muy dolorosas ante Estudiantes, primero, y el Pamesa, después. Como pasara en el Palau Blaugrana, donde el conjunto llegaba tras el inesperado y decisivo traspié en casa con el ViveMenorca, Kakiouzis fue el faro que iluminó el triunfo. Y es que cuando quiere, o puede, su aportación es fundamental. Sus 23 puntos en Murcia aguantaron al equipo hasta que Bennett apareció en el último cuarto para decidir. Ante el Axa Barcelona fue el griego, esta vez junto a Ignerski, el que sentenció en el último tiempo. Y contra el Valladolid, en la última victoria cajista en San Pablo, más de lo mismo: la dupla formada por el polaco y el pívot heleno se bastó para dar buena cuenta de Imbroda y los suyos.

Comas ha conseguido complementar a ambos jugadores hasta el punto de convertirlos en la piedra angular del Cajasol. El invento de alternar a Ignerski de cuatro y Kakiouzis de tres que valió el triunfo ante el conjunto azulgrana ha tenido continuidad. Y la cosa funciona. En Murcia Comas repitió experiencia y volvió a cantar victoria, pero en el momento en que alguno de los dos se pierde el equipo adolece de una falta de poder ofensivo que cuesta los partidos, como pasó ante Estudiantes y Pamesa (9 y 5 puntos de Kakiouzis, respectivamente).

Con Magnano el polaco estuvo relegado a un ostracismo del que Comas lo ha rescatado para convertirlo en el buque insignia, mientras que el capitán de la selección griega no encontraba su sitio ante los continuos desencuentros con el técnico argentino. Con la llegada de Comas -lleva siete victorias y seis derrotas- ambos han recuperado el rol protagonista que perdieron al inicio de la temporada. Ahora, con la recuperación para la causa de Miso y los interiores y la regularidad de Bennett, el Caja dispone de nuevos argumentos con los que afrontar un sprint decisivo.

Ante un CB Granada sin Bordchardt, y que tiene un calendario igual de difícil que el de los hispalenses -la próxima semana recibe a Estudiantes, viaja a Badalona y acaba en casa con el Tau-, el triunfo, después de incontables oportunidades desaprovechadas, sí que puede ser definitivo. Esta vez no habrá arenga del presidente, pero lo que se juega el club es lo suficientemente importante para que de una vez todos se impliquen en conjunto y defiendan Sevilla.