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Landry, del mate ante el Joventut al milagro donostiarra

Pese a que apenas estuvo algo más de media temporada en sevilla, donde llegó por la lesión de Latavious Williams en la campaña 2013-2014, Marcus Landry es un ídolo en Sevilla. Su compromiso en aquella mágica campaña está fuera de toda duda y nadie olvida aquel mate sobre la bocina que logró en la penúltima jornada, en San Pablo, ante el Joventut que certificó la clasificación para el play off del entonces Cajasol de Aíto García Reneses.

Ganaba de tres puntos el conjunto hispalense cuando Shurna, ahora en el Valencia, empató con un triple a falta de nueve segundos para el final. Sacó de fondo Álex Urtasun, el balón lo subió Bamforth y desde más de siete metros intentó devolver el golpe, pero la pelota dio en el aro y tras tocar Satoransky Landry apareció de la nada para remachar sobre la bocina y meter al Cajasol en los play off por el título. Explosión de júbilo en la pista. Todos abrazando al héroe. y en la grada, donde más de 5.000 cajistas, como los que debe haber hoy, vibraban de emoción.

Landry debió haber continuado en la capital hispalense. Era el deseo de todos, pero el cambió de propietario frustró un proyecto que tenía buena pinta. Tras un año en el CAI, intentó de nuevo cumplir su sueño de jugar en la NBA, pero tras hacer parte de la pretemporada con los Bucks, fue cortado antes de iniciar la Liga. Antes intentó hacerlo retornar el CB Sevilla, como hizo con Bamforth. Pero la respuesta de Landry era siempre la misma. "Quiero jugar en la NBA". Y no sería porque no se insistió desde la ciudad hispalense, pero no hubo manera.

Con el equipo hecho y las plazas de extracomunitarios ocupadas, con el curso iniciado era complicado ya traerlo, incluso poder hacerle alguna oferta con una economía cogida con pinzas. Pero Landry recaló, de manera sorprendente, en San Sebastián, donde debía obrar un milagro distinto al que hizo en Sevilla dos campañas atrás: la salvación. Desde su llegada al Gipuzkoa, lo cierto es que el equipo ha mejorado su nivel competitivo ganando cuatro de los cinco triunfos que lleva. El norteamericano es el líder de su equipo en puntos (11,9) y rebotes (4,2) en los 15 partidos que lleva con el cuadro vasco, en los que acumula también 9,7 de valoración, números parecidos a los que firmó en la capital andaluza en 21 partidos de la fase regular y tres de play off: 13 puntos de promedio, 3,3 rebotes y 9,5 de valoración.

El Gipuzkoa, tras librarse en los despachos en la 14-15 y en la 12-13 del descenso, lo tiene este curso difícil, pero no imposible, sobre todo cuando cuenta con un Landry capaz de lo imposible.

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