Desde mi córner

Leo Messi, ese futbolista pura sangre

  • El séptimo Balón de Oro para el rosarino es una marca que parece inalcanzable por vida

Nuevamente se ha llevado Messi el controvertido Balón de Oro, ese premio individual en un deporte coral. Siete balones áureos tiene en su vitrina el mejor jugador que vieron estos ojos que ha de comerse la tierra y la verdad es que en esta ocasión ha sorprendido en cierta medida que haya sido él quien lo conquiste. En el peor Barça de los últimos quince años, sin duda la Copa América y el pichichi han sido determinantes, pero...

No se puede tener peor suerte que la de Robert Lewandoski, que se quedó con dos palmos de narices por culpa de la pandemia que arrasó con tantas cosas. Esa fábrica de hacer goles que lleva el polaco en su valija tuvo su cénit precisamente en la única interrupción sufrida por este premio en sus sesentaicinco años de vida. Desde aquel balón para Sir Stanley Matthews en 1956, sólo el doblete de Di Stéfano consuela al fútbol español de su carencia de ganadores.

Di Stéfano, aunque argentino, tuvo todo su esplendor en el Real Madrid, fue un puñado de veces internacional con España y es lógico considerarlo como algo nuestro. Y ya como español de nacimiento, únicamente Luis Suárez lo ganó cundo estaba a punto de irse al Inter de la mano de Helenio Herrera. Pero ya no hay presencia española en el codiciado trofeo. Jugadores como Raúl o más recientemente Iniesta y Xavi se quedaron en puertas tras ganar el Mundial.

Y otra vez Messi como ganador para una marca descomunal de siete balones de oro. Una marca que se antoja inalcanzable así que pasen años y años, lo que demuestra palmariamente la incuestionable dimensión del rosarino. Le va ganando 7 a 5 a su rival más directo, ese Cristiano que coge unos rebotes tremendos cada vez que Leo suma un balón más. Pero hay que reconocerle al luso sus méritos por un trabajo denodado para mantenerle el pulso a un pura sangre.

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