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Londres, primeros JJOO de las redes sociales

  • El auge de estas plataformas se hace más latente y no es de extrañar ver a los deportistas pendientes de sus 'smart phones' y 'tablets'.

La explosión de las redes sociales, de los smart phones y de las tablets en los últimos cuatro años  alcanzará por primera vez unos Juegos Olímpicos y hará que Londres  2012 sea el estreno olímpico de una nueva era: la de los tweets, las  fotos subidas al instante y las transmisiones para dispositivos  móviles. 

La tentación de querer contar todo y tener la vía técnica para  hacerlo provocará en la capital inglesa una curiosa ironía. Los  10.500 atletas que participarán de los juegos están confinados en una  villa olímpica rodeada por alrededor de 17 kilómetros de defensas  electrificadas. Gracias a las nuevas tecnologías, los deportistas  estarán menos aislados que nunca y el público sabrá más intimidades  de las que está acostumbrado. 

Para un evento como son unos Juegos Olímpicos, tan cuidadosamente  organizados y comercialmente controlados, la idea de cientos de  atletas brindando sus impresiones libremente más allá de sus  apariciones en las coreografiadas conferencias de prensa no deja de  ser un anatema para el COI y los patrocinadores. El COI intentó seguir el paso a la revolución que introdujeron las  redes sociales en las comunicaciones con iniciativas como la creación  una red social que relacionara a los atletas con su público

También quiso intervenir creando una serie de lineamientos para el  uso de Twitter, Facebook y demás vehículos de comunicación, pero la  acción ha sido más un gesto inútil. Desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el número de usuarios de  Facebook creció de los 100 millones a los 900 millones, mientras que  existen más de 500 millones de personas que tienen una cuenta activa  de Twitter. En 2008 eran solamente seis millones. 

Tanto poder de comunicación abre ventanas gigantescas pero también  tiene sus riesgos si no se es cuidadoso en el uso, como le sucedió a  la atleta griega Paraskevi Papachristou, quien fue expulsada de  Londres 2012 por el Comité Olímpico Griego por hacer una broma de  tintes racistas en su cuenta personal de Twitter. El revuelo causado por su comentario acerca de los mosquitos que  causan la fiebre del Nilo Occidental y la cantidad de africanos que  hay en su país es un indicativo claro del poder  que tiene este nuevo fenómeno comunicacional. 

Hay atletas que no corrierron la misma suerte de Papachristou pero  casi, como los nadadores Nick D'Arcy y Kenrick Monk. Los australianos  se mantendrán alejados de las redes mientras dure su estancia en  Londres. El Comité Olímpico Australiano se los prohibió tras haber  publicado en Facebook una foto con ellos portando armas mientras  estaban en Estados Unidos. 

 Algunos otros prefieren autoretirarse del espacio virtual como el  gimnasta británico Louis Smith, quien se despidió de sus casi 13.000  seguidores en Twitter antes de mudarse esta semana a la villa  olímpica. "Realmente quiero poner todo lo que pueda en estos Juegos  Olímpicos. Si eso significa no tuitear o estar fuera de Facebook,  entonces es lo que necesito hacer", dijo. Desde su ingreso a la villa  apenas agradeció los mensajes de apoyo. 

La enorme demanda de información por parte del público más la  proliferación de smart phones y tablets provocaron también  que las cadenas de televisión se preocuparan por brindar servicios  por Internet.  Así, la estadounidense NBC Universal transmitirá on line por  primera vez en la historia las 3.500 horas de competencias que  tendrán los Juegos y las ventas para Londres 2012 aumentaron en 150  millones de dólares con respecto a Pekín 2008.   

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