Julen Lopetegui y Ernesto Valverde, los dos entrenadores más discutidos del momento en la Liga, se sitúan ante diez días claves para decidir su futuro más inmediato. No es habitual que Real Madrid y Barcelona vayan de la mano en los malos momentos, pero es lo que propició este inicio de temporada tan extraño en el fútbol español, que tiene a los dos técnicos de los dos equipos llamados "grandes" en el ojo del huracán.

Si metemos más presión a Valverde, será más difícil, hay que dejarlo trabajar"

El parón de selecciones introdujo algo de calma en los respectivos entornos, pero los regresos de la Liga y la Liga de Campeones, con el clásico del 28 de octubre en el horizonte, marcan un nuevo punto de partida. Lo que no se sabe es hacia dónde.

Después de rumorearse ya la posibilidad de un pronto despido, Lopetegui ganó tiempo gracias a los regalos del Barcelona. El Real Madrid se fue a la pausa de selecciones después de cuatro partidos consecutivos sin marcar y, por consiguiente, sin ganar.

Los 409 minutos sin hacer un gol pesan como una losa sobre un Lopetegui que el sábado recibirá al modesto Levante en un partido envenenado. Con el Santiago Bernabéu cada vez más disgustado con el juego de su equipo, la victoria se daría casi por descontada ante el nivel del rival, pero sus dos últimas derrotas, ante CSKA Moscú y Alavés, reflejaron que esta versión del Real Madrid es de todo menos fiable.

El calendario de la Champions también le fue propicio y el martes se medirá con el Viktoria Pilsen, uno de los equipos más modestos del torneo continental.

Serán dos rivales teóricamente sencillos antes del partido del siguiente domingo ante el Barcelona. Todo lo que no sea victorias -y a ser posible con cierta contundencia- dejaría a Lopetegui muy cerca del abismo y con su futuro probablemente ligado a lo que ocurra en el Camp Nou. "Es un momento duro, el responsable es siempre el entrenador", reconoció el ex seleccionador español antes del parón.

Es cierto que la situación de Lopetegui generó un ruido tan ensordecedor que pudo opacar otra situación no menos incómoda como es la que atraviesa ernesto Valverde.

El entrenador del Barcelona llegó al paréntesis con la peor racha del equipo en dos años tras sumar cuatro partidos de la Liga Santander consecutivos sin ganar. Y todos ante rivales situados actualmente del decimocuarto puesto hacia abajo en la clasificación.

Junto a un juego deficiente, el Barcelona exhibió unas lagunas defensivas que lo llevaron a recibir nueve goles en ocho jornadas de la Liga, tantos como en los 19 primeros partidos de la pasada campaña.

El panorama tampoco parece muy claro si se tienen en cuenta las lesiones de Thomas Vermaelen y Samuel Umtiti, que dejaron a Clement Lenglet y al criticado Gerard Piqué como únicos centrales del equipo para afrontar tres partidos durísimos.

El parón de selecciones fue propicio para que la prensa catalana criticara la falta de soluciones de Valverde y ya comenzara a hablar de un futuro a medio plazo fuera del Barcelona al no sentirse respaldado por sus directivos en los malos momentos.

Y para que nada faltara, se abrió una grieta en el vestuario con la disconformidad pública del chileno Arturo Vidal ante su falta de minutos, otro conflicto que el entrenador azulgrana deberá gestionar.

"Tampoco miro mucho la clasificación. Más que nada porque sé dónde estamos. Aceptamos las cosas como son, sabemos cómo es el fútbol y lo aceptamos", afirmó Valverde con cierta melancolía antes del parón de selecciones.

El líder es el Sevilla, precisamente su rival del sábado dentro de un calendario infernal que el miércoles incluirá un partido más que serio en Liga de Campeones ante el Inter de Milán como antesala de un clásico que, al igual que en el caso de Lopetegui, puede marcar su futuro.