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El Madrid resiste, el Joventut vence

  • Los de Plaza alargan su sequía copera

El Madrid resistió, pero ganó la Penya (76-81). El encomiable espíritu batallador que dejó como mejor herencia Boza Maljkovic en el Real le vale para no rendirse jamás, para negar la derrota en las peores condiciones. Con el huracán verdinegro soplando, ocho puntos abajo (57-65) y Bullock lesionado (20 puntos hasta entonces), Plaza se agarró a un quinteto casi nacional: Raúl López, Llull, Mumbrú, Hervelle y Felipe Reyes. Remontó provisionalmente el partido (76-75) a un minutos del bocinazo final, pero la calidad verdinegra salió a relucir para decidir otra gran semifinal.

Producto nacional, sí, pero como el que cultiva el Joventut, desde su cantera o desde fuera, como Hernández Sonseca. Jamás se vio tan motivado al ex pívot madridista. Jaleaba a la afición de Badalona, luchaba por cada rebote en las dos canastas y realizó una gran defensa a Felipe Reyes (14 puntos y 12 rebotes) en los minutos de la verdad.

La sed de venganza es muchas veces el mejor sustento de la motivación. El quinto pívot del Madrid es ahora el primero del Joventut. Y el Joventut gana al Madrid. ¿Dónde está la diferencia? Hernández-Sonseca anotó dos tiros libres capitales, capturó un rebote forzando la falta de Felipe y robó el balón del partido. 12 puntos, cinco rebotes y el don de la oportunidad. Casi nada.

Comenzó pegando el Real Madrid (26-15) con un magnífico Louis Bullock, antes de que su gemelo se quebrara, pero en el descanso el partido ya estaba equilibrado (46-44) con los francotiradores de uno y otro enchufados: 15 triples en el primer tiempo. Y el vendaval verdinegro se gestó en el tercer cuarto (15-24 de parcial), con Ricky desesperando a los bases rivales. Rudy proveía (nueve asistencias) más que ejecutaba (13 puntos), pero regaló un triple imposible desde 10 metros lanzado a la remanguillé. Parecía tocado el Madrid, pero recurrió a las enseñanzas de Boza para agarrarse al encuentro.

Mallet se comió la bola en una penetración tapada por tres rivales, pero una falta en la lucha por un rebote debajo del aro rival sobre Felipe Reyes -muy protestada por todo el conjunto madrileño- llevó a Hernández-Sonseca a la línea de tiros libres. Restaban 30,03 segundos. El pívot los aprovechó y saldó alguna cuenta particular con el Madrid.

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