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Manzano enseña la varita

  • El Sevilla, que sólo mostró disciplina y orden en el inicio, sufrió en exceso por sus múltiples desajustes · El de Bailén acertó metiendo a Kanoute, que dio oxígeno

Dijo Gregorio Manzano el día de su presentación que él no era el Mago de Oz y que intentaría sacar el máximo provecho a los futbolistas que tiene a su disposición. Dicho y hecho. El técnico de Bailén puso al mejor once posible y plasmó en él tres conceptos básicos de su manual: orden, disciplina y solidaridad. Lástima que esto sólo se viera reflejado durante los primeros veinte minutos de partido.

El entrenador del Sevilla intentó en su debut europeo poner los cimientos de un equipo que se llevó una victoria balsámica, pero ésta no debe esconder los desajustes que aún ha de corregir para empezar a ver el futuro de una forma más optimista.

Defensa

De inicio, el eje formado por Alexis y Cáceres tenía buena pinta, pero lo cierto es que el dúo sufrió de lo lindo debido a la constante movilidad Lucas Barrios. Al malagueño le costó un mundo entenderse con su compañero y sólo se sintió más cómodo cuando Escudé entró en el campo en la segunda parte para sustituir a Dabo. Esto provocó a su vez que se viera la mejor versión del uruguayo, que anoche estuvo más fino en el lateral derecho que en su puesto natural. Tampoco fue la noche de los laterales. Dabo y Fernando Navarro, sobre todo en el primer tiempo, se vieron desbordados por Blaszczykowski y Kreutz, debido a la falta de ayuda de Perotti y Jesús Navas.

Además, Zokora apenas tuvo el apoyo de Guarente ni Cigarini a la hora de defender, lo que permitió que Kagawa creara peligro merodeando el área. Demasiados apuros en una zona en la que el Sevilla debe hacerse fuerte, pues siempre no aparecerá la fortuna.

Ataque

Pese al gol que marcó, Cigarini anduvo perdido durante muchos minutos, pues volvió a dejar muestras de que la gasolina no le da para más. Ahí sí estuvo rápido Manzano y dio entrada a Kanoute, quien aportó oxígeno a un Sevilla que intentó sentenciar al contragolpe. Luis Fabiano y Negredo perdonaron y esto dio alas a un Borussia Dortmund, que con diez hombres en el campo estuvo cerca del empate.

Virtudes

El Sevilla aguantó el tipo y no dio síntomas de descomposición.

Talón de aquiles

Los problemas defensivos.

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