Informe técnico

Mariano más Coke... la revolución

  • El paso por vestuarios resucita a un Sevilla que había sido engullido por un Liverpool intenso al que rompió con el temple y la fe de su banda derecha. Banega y Vitolo, orfebres de la calidad.

Dándose a sí mismo la vuelta como un calcetín y, de camino, dándosela a un Liverpool que pasó del alfa al omega al ritmo que marcaban Banega y Vitolo, el Sevilla resucitó a lo grande para proclamarse campeón. El paso por los vestuarios fue crucial. La intensidad, casi agresiva, de los reds había acogotado a los nervionenses, cuya digna puesta en escena se fue diluyendo conforme iban perdiendo los duelos en un choque de mucha fricción. Antes de que Eriksson decretara el final de la primera parte, Unai Emery y Juan Carlos Carcedo ya empezaron a analizar la situación en el área técnica. Y tras el descanso, surgió el Sevilla que devora a los rivales, tengan la historia que tengan, tengan el empuje que tengan.

Bastaron un par de matices en la pizarra y entrar a cada cruce con más verdad para que la calidad del Sevilla se impusiera desde las botas de Banega y Vitolo. Aunque la revolución, la verdadera revolución, llegó con la suma de Mariano y Coke desde la banda derecha. Ambos fueron cruciales para sacudir a un Liverpool que terminó aturdido, sin norte.

Defensa

Emery apostó por mantener a sus titulares en sus puestos naturales. Dejó a Kolodziejczak en el banquillo y dejó a Escudero en la izquierda. Al vallisoletano se le hizo grande su pasillo en la primera mitad y fue víctima de la agresividad y de la superioridad numérica del Liverpool por ese flanco. Una pérdida suya provocó el primer fuego en el área sevillista, que, ante la media salida de David Soria, apagó Carriço in extremis. Y de un despeje hacia dentro, mal defendido por Krychowiak, vino el gol de Sturridge, previa basculación del ataque red de derecha a izquierda. El pasillo a la espalda de Escudero, al que no acudieron ni Carriço ni Krychowiak con solvencia y con Vitolo en otros terrenos, fue una invitación al fuego y casi se quema el Sevilla. Pero llegó el descanso.

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Tras el mismo, Emery mandó templar y ser más agresivo en posiciones más adelantadas. Defender robando arriba maniató a un Liverpool cada vez más ido.

Ataque

Banega y Vitolo salvaron en una primera fase la fanática presión del Liverpool con su habilidad, pero faltó llegada y conexión con Gameiro. N'Zonzi dio un paso adelante para intentar cohesionar las líneas, pero de espaldas se perdió entre tanta fricción. Sin embargo, la primera jugada de la segunda parte cambió el panorama, desde el saque de centro. Banega, apertura, cambio de orientación de Escudero... y Mariano rompiendo con velocidad y habilidad. Gameiro estaba deseando eso y no lo desaprovechó. Luego apareció Vitolo, que se hizo dueño de los tres cuartos con su frialdad para encontrar resquicios entre los desesperados reds. Su jugada en el 1-2 fue de una calidad extraordinaria, en la conducción, los túneles, los controles tras las paredes... Coke puso toda su fe, la misma con la que marcó el 1-3, para abrochar el partido y hacer pentacampeón al Sevilla, a un Sevilla de leyenda.

Virtudes

Fe, coraje y calidad de campeón.

Talón de aquiles

Estuvo cerca de quemarse, pero...

UNO POR UNO

David Soria Volvió a sufrir con los balones pasados, pero fue rápido y vital en un mano a mano ante Sturridge.

Mariano Le costó conectar arriba hasta que se soltó tras el descanso y fue un titán, arriba y también tapando atrás.

Rami Metido y contundente, y sabiendo jugar sin arriesgar.

Carriço Tuvo mucho espacio a su izquierda y le costó tapar su flanco, hasta el reajuste.

Escudero Casi lo echan del partido por no leer bien las distancias ni las reuniones. Pero reaccionó con casta. 

N'Zonzi Quiso ayudar dando un paso adelante y se perdió en los tres cuartos. Cuando reculó, dio temple y pausa. 

Krychowiak Perdió algunos balones por querer jugar con el cuerpo ante un equipo que es ducho en eso. Pero se impuso.

Coke Entró tarde al partido, pero cuando lo hizo fue tremendo, desde su fe y su compromiso. Rozó el hat-trick...

Banega Desde el inicio, el partido cambiaba cuando él aparecía, aunque no siempre tuvo acompañamiento.

Vitolo Siempre tuvo frialdad para salvar las piernas y terminó de cambiar el rumbo del partido con su calidad.

Gameiro Desmarques, robos, presión y su gol clave, el del empate, al comienzo del segundo tiempo. Gameiro en estado puro.

Kolodziejczak Atento a los cruces, entró con ritmo.

Iborra Quiso tener presencia.

Cristóforo Poco, pero bien.

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