El Sevilla tiene delante de sí un durísimo y decisivo mes de marzo, un toro que lidiar que puede poner las bases para que la temporada se encamine hacia un triunfo final o, por el contrario, hacia el fracaso del proyecto, así como -también- la salida de Unai Emery una vez terminada la temporada.

La realidad es que en el aspecto deportivo (institucionalmente, se quiera o no, la entrada del ex presidente en prisión ha sido un golpe) el Sevilla ha entrado con buen pie en el tercer mes del año. El triunfo ante un rival que se esperaba con las cejas arqueadas como la Real Sociedad ha servido para afrontar los próximos compromisos con mucha más confianza que hace un mes en plena racha de malos resultados. Pero en el fútbol no se puede uno detener en recreos de este tipo, porque el calendario, aparte de cargado, viene para el equipo de Emery con citas muy importantes, que pueden marcar el resto de la temporada.

Cinco encuentros de Liga que se unen al del pasado domingo y dos duelos ante el eterno rival con una carga simbólica especial por disputarse en Europa van a significar un examen que puede resultar determinante, por ejemplo, para Emery. En la competición liguera, el Sevilla se encuentra ocupando la última de las plazas que dan derecho a jugar competición europea la próxima campaña, el séptimo puesto, y estos cinco encuentros, tres de ellos fuera de casa y con el Real Madrid como uno de los dos equipos que deben visitar el Pizjuán, deben servir para reforzar sus aspiraciones europeas.

Pero, sobre todo, la eliminatoria de octavos de final de la Europa League ante el Betis va a marcar el resto de la temporada. Eliminar al eterno rival y entrar en cuartos de final significaría asegurarse luchar por las semifinales de un torneo de prestigio que le dio mucha gloria a esta entidad. Por contra, caer ante el Betis, que pasa además por una de las mayores crisis de su historia y es colista de la Liga, supondría un durísimo golpe para el proyecto en general y para el crédito de Emery en particular, pues sería algo que los sevillistas no le perdonarían al técnico vasco tras asimilar también el mal trago de caer en la Copa del Rey ante un rival de Segunda B cuyos jugadores se retiraron de la competición por no cobrar sus nóminas.

Así que la gestión de los esfuerzos es otro importante partido que el de Fuenterrabía debe jugar. En este sentido, la figura de Rakitic está en la mirada de todos, pues el capitán y líder indiscutible del equipo está muy cargado de partidos y el Sevilla, para empezar, va a tener que disputar partidos durante todo el mes cada cuatro días, ya que coinciden dos encuentros europeos y una jornada de liga intersemanal. Los blancos inician su maratón este domingo en Almería con la cabeza puesta ya en la primera cita ante el Betis el jueves 13 (21:05 horas en Nervión). El domingo 16 los de Emery reciben al Valladolid (19:00) para cuatro días después, el 20, decidir en el Benito Villamarín (también a las 21:05). El siguiente fin de semana, el domingo 23 a las doce del mediodía, el Sevilla visita un estadio muy complicado y que históricamente no se le da bien, El Sadar, para jugar en jornada de miércoles (26) en casa ante el Real Madrid. Marzo, por último, acabará para los de Emery en Balaídos el sábado 29 y será entonces cuando se podrá empezar a barruntar en qué quedará el proyecto y si Emery continuará o no un año más en el banquillo sevillista.