Desde mi córner

Messi continúa iluminando el partido de partidos

  • El Madrid-Barça cobra una dimensión que no se esperaba con el Atleti trece puntos por arriba

Lástima que un partido de este calado se juegue en la clandestinidad de una ciudad deportiva en vez de hacerlo en un lujoso coliseo, pero el acontecimiento es de órdago a la grande. El llamado clásico nos aparece con todos en un puño , con ambos contendientes viendo muy cerca la presa. Una presa con el nombre y los apellidos de un Atlético de Madrid que hasta hace nada se postulaba como ganador indiscutible de esta Liga.

Pero las cosas cambiaron, pues galgos y podencos se aprestaron a una persecución febril, mientras la liebre iba agarrotándose en busca de un refugio que no aparece. Hasta trece puntos llegó el líder a llevarle a un Barça que ya no dependerá de nadie para campeonar. Y así el panorama, lo de hoy en Valdebebas se presenta como un duelo que no es, precisamente, a primera sangre. Un clásico en toda regla de dos equipos que reaccionaron cuando nadie apostaba por ellos.

Las últimas sensaciones juegan a favor del uno en la quiniela, ya que el Madrid se desembarazó a gorrazos del Liverpool mientras que el Barça pasó las grandes duquelas para derrotar al Valladolid sobre la última campana. El partido se queda sin la participación del siempre controvertido Mateu en beneficio de otro que tal baila, ese extremeño Gil Manzano que arriba al clásico envuelto en la polémica y los denuestos del tercero en discordia, el Atlético de Madrid.

Partidazo en la sordidez de una ciudad deportiva, pero con el lujo que conlleva la presencia del gran astro del firmamento Fútbol. Un astro que lleva iluminando el derbi más de tres lustros, justamente desde aquel partido en que Ronaldinho levantó al Bernabéu de sus asientos. Era noviembre de 2005, conque ya pasó agua bajo los puentes, pero ahí continúa para, más de cuarenta clásicos después, seguir siendo la gran atracción de este espectáculo universal y único.

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