Tras un inicio de Mundial en el que sólo ha estado en condiciones de luchar por acabar en los puntos, Fernando Alonso se encomienda al próximo Gran Premio, el de España en Montmeló, con la esperanza de que las anunciadas mejoras técnicas en el R28 conviertan al Circuito de Cataluña en el lugar que marque el punto de inflexión de la temporada.

En Bahrein, se quedó fuera de los puntos por primera vez este año. No tuvo opción alguna de pelear por entrar entre los ocho mejores. Su coche no dio de sí y sus esfuerzos no tuvieron recompensa. Está en una clara inferioridad mecánica que le impide acercarse, ni de lejos, al rendimiento de Ferrari, McLaren y BMW Sauber, los tres que están a una clara distancia del resto. Él mismo considera que Renault es el octavo de una parrilla de 11 equipos.

El R28 tiene claras carencias en tracción, aerodinámica y estabilidad en las frenadas. Todo ello hace que el monoplaza esté estancado en un grupo de segunda categoría. Del 14 al 16 de abril, Montmeló será el escenario de unos entrenamientos previos al Gran Premio de España, que se disputará en ese mismo escenario 11 días más tarde. Renault, ante la imposibilidad de hacer mejoras en unos motores congelados en su desarrollo desde 2006 y durante cinco años, tiene previsto probar un amortiguador de inercias que permita aumentar la estabilidad del tren delantero para reducir el subviraje, es decir, la tendencia del coche a perder la línea de trazada por el tren delantero.

El llamado ahora i-damper es un ingenio del que disfrutaron los coches de Renault en 2006, hasta que fue prohibido por no ajustarse al reglamento. Los demás equipos encontraron una solución para disponer de él de forma legal, al integrarlo en las suspensiones, mientras Renault carece hasta ahora de él. Se estima que la ganancia sería de entre dos y tres décimas de segundo por vuelta. Además, habrá novedades en la aerodinámica, pero no hay que olvidar que el resto también tienen previsto introducir mejoras.